Taxi, Carlos Zanón (Salamandra)

Un Conductor Hastiado del Mundo y una Ciudad de Secretos

Abróchense los cinturones para descender por el laberinto bañado de neón del submundo barcelonés. En «Taxi» de Carlos Zanón, no se paseará por las turísticas Ramblas. Aquí, se encontrará en el asiento del copiloto de un taxi destartalado con Sandino, un conductor hastiado del mundo con un pasado tan sombrío como las calles de la ciudad que recorre.

Zanón crea magistralmente un retrato de Barcelona, no como un destino de postal, sino como una entidad viva y palpitante que refleja la propia confusión interna de Sandino. Las farolas parpadeantes proyectan un resplandor inquietante sobre sus pasajeros, una variopinta tripulación de almas perdidas que reflejan las fracturas de su propia existencia. Cada encuentro (un estudiante desconsolado, un empresario turbio, un adicto desesperado) revela otra capa de la psique de Sandino, mostrando un tapiz de arrepentimiento, desilusión y un anhelo de escape que trasciende los límites de la ciudad.

Una Narrativa Hipnótica con Líneas Borrosas

«Taxi» va más allá de un estudio de personajes. La prosa de Zanón crepita con energía cruda, impulsando la narrativa hacia adelante con un ritmo que se hace eco del pulso de la vida nocturna de la ciudad. La línea entre la realidad y la memoria se difumina mientras Sandino navega por el paisaje urbano, sus pensamientos arremolinándose como humo de cigarrillo en el aire viciado de su taxi. ¿Es esa mujer en la acera un recuerdo fugaz de su esposa separada, Lola, o un producto de su imaginación deshilachada? La ciudad misma se convierte en un personaje, sus calles laberínticas son a la vez prisión y potencial ruta de escape.

Un Descenso a las Profundidades

Esta no es una novela para aquellos que buscan una lectura ligera. «Taxi» es una inmersión en las turbias profundidades de la experiencia humana, una exploración cruda de la soledad, la traición y la búsqueda de sentido en un mundo que parece haber perdido el rumbo. Pero para aquellos que aprecian el realismo descarnado y la ficción literaria introspectiva, «Taxi» es una obra maestra. Es un viaje que se quedará contigo mucho después de cerrar la puerta del coche en la página final, dejándote cuestionando la línea borrosa entre el conductor y el conducido, la ciudad y sus habitantes.