¿Qué fue la Segunda República? Nuestra historia explicada a los jóvenes, Carlos Fernández Liria, Silvia Casado Arena (Akal)
Como
continuación de otras propuestas anteriores en las que se nos invitaba a
conocer un episodio de nuestra historia a través de ediciones sencillas,
ilustradas y editorialmente atractivas (la más recomendable es ¿Qué fue de la
Guerra Civil?, de los mismos autores, y la menos la versión equivalente de
Arturo Pérez Reverte), nos llega el libro que nos cuenta de la misma forma la
historia, el desarrollo y el desenlace de nuestra (querida) Segunda República,
como si del capítulo cero del libro anterior de los autores se tratase.
Se
trata, en efecto, de una publicación
fundamental que completa lo contado en el libro de la Guerra Civil. No es
posible entender nuestra más reciente guerra sin entender todo lo que se perdió
con ella. Y es imprescindible conocer a todos los defensores de nuestra
propuesta democrática más atrevida y arriesgada que ha habido en la historia de
nuestro país. Hoy no seríamos lo que somos sin la Segunda República. También
(no me olvido) es importante conocer a todos los enemigos que la Segunda
República tuvo, mucho antes de que estallara la guerra. También de esto modo se
puede entender la necesidad de defenderla con uñas y dientes: siempre hubo
colectivos y personas que vieron una amenaza dontre otros veían el camino
hacia la conquista de nuevas libertades y derechos sociales.
Me
gusta la propuesta porque también describe los errores – no menores – que se
cometieron durante estos años. Nadie dijo que el modelo fuera perfecto. De
hecho murió (la rebelión se encargó de ello) en plena construcción, con muchos
años por delante para pulir imperfecciones.
Si
tuviera que destacar un fragmento del libro, me quedaría con la reflexión que
hace comparando la revolución de 1934 (la conocida como Revolución de Asturias)
y el golpe de Estado del 36. Me parece un ejercicio brillante y lúcido que pone
en su sitio los dos acontecimientos clave de la experiencia republicana
española.
El
libro se lee muy bien y supone una experiencia literaria y de contacto con la
historia ideal para adolescentes. Y dicho sea de paso, no tan adolescentes. Un
baño pedagógico siempre es necesario de acontecimientos de los o bien que
creemos saber todo, o bien solo sabemos lo que nuestras convicciones políticas
nos marcan.
Hoy,
por cierto, 24 de octubre, en el momento de escribir estas líneas, hace solo
unas horas que un dictador ha dejado de estar enterrado en un monumento en el
que era homenajeado por nostálgicos, obtusos e incomprensibles fieles a los que
se le permitía sin pudor hacerlo durante más de cuarenta años. Hoy mi país es
un lugar un poco mejor que ayer.
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