Un
buen amigo me recomendó hace unos meses este libro. Y bien sabe Pedro que su
palabra – en lo que a recomendaciones se refiere – va a misa (en política, por
ejemplo, sabe también que es otro cantar). Fue, en definitiva, una de mis
primeras lecturas vacacionales, y la experiencia ha sido muy positiva.
Se
trata de un ensayo de Byung-Chul, filósofo coreano contemporáneo cuya obra gira
en torno a la sociedad actual, el capitalismo y la automatización social de
nuestras vidas. En el caso que nos ocupa, La
sociedad del cansancio reflexiona sobre nuestra sociedad occidental,
obsesionada con la multiocupación, la productividad como fin en sí mismo y de
la espiral que ello conlleva. Se trata, en definitiva, de la alienación del ser
humano por un fin (el trabajo) que nunca debió de dejar de ser un medio para
otro fin (la felicidad, la existencia en sí misma, la búsqueda del placer).
El
libro gira en torno a esa idea, las sociedades del rendimiento que se han
convertido en sociedades cansadas cuyo único propósito es alimentar más al
monstruo y han distorsionado conceptos paradigmáticos como el éxito, la
recompensa justa y el valor del descanso. Me ha llamado especialmente la
atención la precisión con la que expone el concepto de multitasking un mal extendido en nuestros días, consistente en que
el ser humano se haya convertido en una máquina multitarea (el móvil, el
teléfono, mientras escribo y pienso, y a la vez te escucho con la tele de
fondo), produciendo el efecto justamente contrario: falta de atención y profundidad
en las cosas, sin capacidad para interiorizarlas, reflexionarlas y
consecuentemente disfrutarlas, dando por bueno el dicho “mucho de poco, mucho
de nada”.
Un
ensayo breve pero intenso, que se deja leer muy bien y nos abre puertas hacia
otras lecturas necesarias. Porque también en la lectura a veces pecamos del
placer inmediato carente de esfuerzo, privándonos así de los placeres
verdaderamente valiosos. Es más fácil leer Las
hijas del capitán (perdóname, paisana) que Crimen y Castigo, pero ay amigo, cuánta felicidad te espera con el
segundo, felicidad que, por cierto, permanece en ti el resto de tu vida,
mientras que en casos como el primero la felicidad (que también existe) se
desvanecerá en el suspiro que dura el cierre de la última página.
Comentarios
Publicar un comentario