Ted
Chiang es el gran autor de ciencia ficción de los últimos años, ese que se
supone que ha cogido el testigo de los más grandes (Asimov, Arthur C. Clarke,
Philip K. Dick). Aunque parece pronto (solo este libro de relatos y uno recién
publicado solo en inglés), lo cierto es que los ocho relatos que componen La historia de tu vida son ya suficiente
aval para ubicarle entre lo mejor de la ciencia ficción actual.
Lo
primero que llama la atención de los relatos de La historia de tu vida es la variedad y el dominio de técnicas
narrativas dispares. Todo comienza con un relato clásico, La torre de Babilonia, relato canónico con reminiscencias borgianas
que cuenta la historia del deseo del hombre de llegar a los límites del cielo,
y por tanto de cumplir el deseo universal de conocer a dios.
A
partir de aquí, los relatos exploran territorios más cercanos a las distopía y
la ciencia ficción clásica. Así, nos encontramos Comprende (el desarrollo de una inteligencia sobrehumana, una nueva
versión de Flores para Algernon) y Dividido entre cero (uno de mis
favoritos, una matemática que demuestra el teorema de que 1+1 no son 2, con
todo lo que esto significa).
Merece
la pena hacer aquí un punto de inflexión con La historia de tu vida, el relato más largo del libro, que le da
título y que ha servido como base para la película La llegada, de Denis Villeneuve. Aunque el tema no es nuevo (una
filóloga participa de un proyecto para contactar con una inteligencia extraterrestre
que llega a diferentes puntos de la tierra), el modo de contarlo – con ciertas similitudes con Contact – es lo que lo hace destacar
sobre otros ya leídos. El lenguaje como elemento fundamental para entender la
vida tal y como la entendemos y la posibilidad de manipular el tiempo son los
temas centrales que se entrecruzan en un relato casi perfecto. La película, por
cierto, es una obra maestra, y os reto a que decidáis con cuál os quedáis.
En
la parte final del libro nos encontramos con Setenta y dos letras, La
evolución de la ciencia humana (demasiado corto, parece el embrión de un
relato mayor) y El infierno es la
ausencia de Dios, de índole trascendental – incluso religioso – en torno a
la creación y sus perversiones, o a la concepción del bien y del mal.
Termino
(y separo del resto) al último relato, ¿Te
gusta lo que ves? (Documental), el que me parece que es la joya del libro
(y eso que el nivel es altísimo). Un mundo donde tenemos la posibilidad de no
percibir la belleza humana a través de una operación, con el fin de alcanzar la
igualdad entre humanos, y todo un debate alrededor de este concepto que nos
lleva a plantear interesantísimos debates sobre los prejuicios, el mundo de las
apariencias y si la privación de las mismas es o no la solución.
Si
tengo que encontrar una similitud a la literatura de Ted Chiang en la
actualidad, esta es sin duda la serie Black
Mirror, donde episodio a episodio (totalmente independientes entre sí)
vamos encontrándonos con historias de distopía pura que nos hace reflexionar lo
que somos a través de lo que podríamos llegar a ser. En definitiva, lo que
siempre ha pretendido la ciencia ficción.
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