He de reconocer que solo conocía a Antonio J.
Rodríguez por su (magnífica) labor de editor residente – junto con Luna Miguel
- de la editorial Caballo de Troya.
Aprovecho, por cierto, para recomendaros fervientemente los primeros libros que
la pareja de editores ha elegido para comenzar el año. La editorial está
pasando por un momento dulce – segunda juventud – y se está reivindicando como
lo que siempre fue: el sello de referencia para las nuevas generaciones de
escritores en lengua española. Y dicho esto, vamos ya con Candidato, el libro de presentación (para nosotros) de Antonio J.
Rodríguez.
Aunque el argumento puede pecar de forzado
(todo se precipita demasiado rápido), como lectores se lo compramos, porque la
hipérbole funciona para desarrollar a un personaje en el que es fácil reconocer
a algunos de los protagonistas de la nueva política (o también de la vieja, ahí
lo dejo). Ambicioso, autocomplaciente, persuasivo, sobradamente preparado y con
un ideario liberal que puede servir para casi cualquier ideología política
existente o nueva (cortando un poco por aquí, estirando un poco por allá). Ya
lo dijo Groucho Marx: “Estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo
otros”.
La novela tiene ritmo, funciona, los diálogos
están bien construidos y la historia avanza dando por hecho, como decía antes,
que debemos asumirla más como una fábula que como una crónica. No me imagino yo
a Iván Redondo, por muy brillante que sea, ocupar el puesto de candidato
electoral en las próximas elecciones. Mucho se tiene que torcer la vida.
Vamos a lo importante, la novela me ha
divertido muchísimo y está muy bien escrita. Me gusta lo que Antonio J.
Rodríguez quiere contarme y me seduce haciéndolo. Y eso, en definitiva, es lo
que importa. No es tan importante que las novelas pasen a la historia de la
literatura como que pasen a las pequeñas historias de nuestras vidas lectoras.
Comentarios
Publicar un comentario