Conocimos al mejicano Juan Pablo Villalobos con su anterior
novela, No voy a pedirle a nadie que mecrea, flamante premio Herralde de Novela en 2016 y una excelente
demostración de su talento literario. Por eso estábamos muy atentos a su nueva
obra. Yo tuve un sueño cambia de colección en Anagrama: de la ficción
(Narrativas Hispánicas) a la no ficción (Crónicas), lo que ha despertado en
nosotros doble curiosidad.
Yo tuve un sueño
no es una crónica al uso. Villalobos convierte en relato la crónica y narra con
sutileza solo vista en la mejor ficción las aventuras y desventuras de los
niños que, procedentes de Centroamérica (El Salvador, Guatemala, Honduras..)
hacen un recorrido imposible hacia el sueño americano. Aquí Méjico no es el
destino, sino parte del camino, el puente hacia un supuesto futuro mejor, o lo
que es lo mismo, el espejismo del oasis en el desierto.
De nuevo, Estados Unidos como sueño, el paraíso inexistente.
Familiares que esperan al otro lado de la frontera, y una realidad mucho más
dura de lo esperado, y lo más triste, a veces mucho peor que la que han dejado
atrás.
Los niños de Villalobos tienen nombre. A través de los
relatos, independientes a veces, interconectados otros, se nos muestran los
rostros, las miradas, las ilusiones perdidas. La voz del autor al servicio de
las historias narradas añade lirismo al relato pero eso no hace sino potenciar
el desasosiego, la incomodidad del lector al leer una realidad tantas veces no
conocida.
No debemos olvidar que hay realidades que no existen si no
nos las cuentan, y conocerlas supone una obligación como ciudadanos del mundo.
Es la única forma de darlas a conocer y al menos de que nos ayude a comprender
algo menos torpemente cómo funciona el mundo.
Excelente lectura, ideal para tiempos convulsos. Un libro
necesario que no os dejará indiferentes.
Mención especial al miniensayo final Miedo, huida, refugiados, de Alberto Arce, una excelente crónica,
rigurosa y contundente, de este creciente problema migratorio, uno de los más
dramáticos y cercanos a nuestro primer mundo.
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