No es el primer libro que leo de Maggie
O´Farrell. Me cautivó con "Tiene que ser aquí". Y aunque luego he leído varios
más, el primero seguía siendo mi favorito, con personajes entrañables e
interesantes y con una historia preciosa, cautivadora. Pero ahora vuelve con
este libro autobiográfico que ha roto todos mis esquemas sobre ella. Un libro
que nos muestras las diecisiete veces que la muerte ha llamado a su puerta.
Solo os pido que abráis este libro y completéis
el primer capítulo. Con sabor a thriller, suspense pero también belleza y
naturalidad. Si no os engancha, no continuéis porque quizá es el mejor o quizá
el más impactante pero es el que nos atrapa en su relato y por lo menos en mi
caso, ya no lo pude soltar. El mejor libro de Maggie O´Farrell hasta la fecha.
Un libro para mirar a la muerte a la cara y celebrar la vida.
Un parto se complica más allá de lo razonable; a una niña le
diagnostican una enfermedad incurable que la tienen encamada durante más de un
año; una adolescente es agredida por un extraño mientras pasea por el campo; el
avión en el que una joven viaja a Asia se precipita al vacío; una mujer se
salva por los pelos de ser atropellada.
Estos son algunos de los episodios – sucedidos en distintos
momentos de su vida y en diversos países- que Maggie O´Farrell recoge en este
particularísimo libro autobiográfico. Diecisiete roces con la muerte, como los
llama su autora, que pudieron terminar en desastre, diecisiete momentos clave
de su vida que revelan una manera de ser y estar en el mundo.
En mi caso nunca me he sentido cercana a la
muerte. Bueno, si me estrujo un poco los sesos quizá pueda pensar en riesgos
asumidos, grandes ingestas de alcohol para mi pequeño tamaño y cosas así, pero nunca un real caso de
luz al final del túnel ni enfermedades importantes, ni violencia, robo…una vida
tranquila y apacible. Y sin embargo a Maggie O´Farrell esto le ha sucedido
diecisiete veces, madre mía.
Quizá esto os parezca que puede llevarle al
tremendismo, o al sentimentalismo barato. Nada más lejos de la realidad. Ella
utiliza su inconfundible talento para el storytelling o para contar cuentos de
toda la vida para construir el relato de su vida en torno a esta peculiaridad.
Todas las veces que podía haber muerto y no sucedió. Escapó, curó, torció por
otro camino… sea su mérito o no, te transfiere ese momento y lo convierte en
único e incluso en maravilloso, en un canto a la vida.
Sin los personajes tan peculiares que ella
suele inventar para sus novelas, consigue de todos modos que nos interesemos
por su vida, su familia, su historia. Desde su niñez, que ya comienza con
varios episodios difíciles hasta su vida adulta, donde transfiere su “mala suerte”
o su don para encontrarse con la muerte a su hija pequeña. Esta parte es la más
dura para el lector y el dolor de la autora logra traspasar el libro e
instalarse en nosotros.
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