Las pasadas navidades leí este libro genial. Me
encanta cuando comienzas un libro sin saber mucho de él, ni de la autora y de
repente te encuentras con alguien que encaja tanto con tu forma de disfrutar la
lectura que no puedes parar de leer su libro. La culpa de no conocerla es totalmente
mía. Garner es una escritora y periodista muy reconocida en Australia, ganadora
de premios como el National Book Council, el Ned Kelly Award o el Queensland Premier. Así que no soy la única que valora como se merece su
trabajo.
Helen Garner visita un depósito de cadáveres y se va de
crucero en un barco ruso; la despiden de un colegio por hablar de sexo con sus
alumnos; asiste a un parto y a una boda; escribe sobre cumplir los cincuenta,
sobre su familia y sobre el revuelo causado por uno de sus libros. Garner vive
y observa, y luego lo cuenta con inteligencia y compasión. Sus piezas de no
ficción, escritas originalmente para prensa, abarcan los más diversos temas:
«siempre vendrá una idea a salvarme justo cuando esté a punto de sentarme ante
el abismo de comenzar una novela». En todas ellas encontramos aquello que solo
la auténtica literatura es capaz de darnos: trozos de vida.
En este libro Helen Garner nos va contando fragmentos de su vida a través de
historias, anécdotas, retazos de recuerdos. Todo con impecable narración y
sentido del humor. Una de esas autoras a las que te gustaría conocer, de las
que congenias nada más empezar la narración. Con un par de frases consigue que
te enganches a cada una de sus historias aunque sean totalmente diferentes unas
de otras.
Porque Helen nos habla de su juventud, de sus
años de profesora, de las críticas hacia sus libros, de la relación con sus
hermanas, de sus viajes, de sus artículos periodísticos…todo con una claridad, sinceridad e inteligencia que
asombra. Sin juzgar, sin mostrar sus opiniones claramente, sólo le hace falta
un suceso, un acontecimiento para dejar ahí su rastro vital, su pensamiento y
el que te hace a ti darle vueltas a todo.
¿Mis historias favoritas? Sin
duda en la que entrevista a sus hermanas, tan sincera y bonita, llena de humor,
de risas compartidas y de familiaridad. Preciosa también la de sus clases de
sexología, clases no previstas, improvisadas, que nos hace ver la adolescencia
como algo maravilloso y no lo que muchas veces nos quieren mostrar. Tengo
favoritas pero todas y cada una de ellas me han encantado.
Últimamente me atraen mucho las autoras que
hablan de lo cotidiano, de su oficio, de su vida, de las pequeñas cosas que les
pasan. Creo que logran llegarme de una manera más íntima alejadas de la
grandilocuencia y de las grandes cuestiones filosóficas y trascendentales de
otros autores. Lucía Berlín, Margaret Drabble y Helen Garner son algunas de
ellas. Creo que 2019 será un año de grandes
pequeños momentos.
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