He de reconocer que ubicar esta reseña un viernes (día destinado a los libros para niños, novela gráfica y cómic) ha sido puramente arbitrario.Cada vez, es cierto, tengo menos claro dónde están los límites, qué es literatura infantil y si esta deja de serlo cuando soy yo (un adulto, al menos aparentemente) el que disfruta del libro. Pues bien, este es un ejemplo perfecto de libro (felizmente) inclasificable, y cuya lectura ha sido un auténtido deleite. Se trata una verdadera joya publicada (rescatada) por Kalandraka, Siete historias para la Infanta Margarita.
El libro parte de la siguiente premisa: El autor del cuadro Las Meninas, Diego de Velázquez, se encuentra con la necesidad no prevista de entretener a la infanta Margarita, a priori protagonista del cuadro. El pintor acaba encontrando la solución: entretener a la niña con historias de amores y desamores (tal y como ella demanda), de dentro y fuera de la corte.
De esta manera, y con un relato contado por el propio Velázquez, comienzan una serie de siete historias, todas ellas en torno a grandes amoríos, amores perdidos, hechizos, reclusiones en torres remotas, naufragios y mil aventuras y desventuras más. Todo gira en torno al cuadro y sus protagonistas, con capítulos dedicados a sus conversaciones antes y después de cada relato, y donde los narradores de los mismos son los propios personajes.
El libro es por tanto varios libros en uno: Por un lado es un maravilloso libro de relatos perfectamente verosímil con la época en la que se pintó el cuadro (segunda mitad del siglo XVII). Además, es un ejercicio pedagógico apasionante para conocer uno de los cuadros más importantes de la historia de la pintura. Los personajes cobran vida y nos permiten conocer quiénes eran, qué pensaban y cuál es su papel, no solo en la corte sino en el propio cuadro. Hasta el perro tiene su espacio en el relato. Sin duda es un ejercicio de lo más original para conocer una obra pictórica más allá de lo puramente académico (y que podría extrapolarse a otras disciplinas artísticas como la música o la escultura).
El libro logra trasladarnos a las entrañas mismas del cuadro, y a no olvidar quiénes eran las meninas, qué papel juegan el y la guardadamas o quién es el misterioso personaje del fondo.
He de reconocer que no soy objetivo. Las Meninas es mi cuadro favorito (¿Y de quién no?). El metarretrato total que ha traspasado fronteras temporales y que ha tenido infinidad de imitaciones, ninguna a su altura. Es imposible representar tantas cosas en una sola imagen. Aprovecho para que visitéis el cuadro en El museo del Prado, una experiencia única y al alcance de todos.
Sin duda, un maravilloso regalo para un niño que deja de serlo y comienza a mostrar inquietudes por las diferentes disciplinas artísticas. El libro les va a encantar. Y cómo no, también ideal para cualquier adulto que aún mira a las maravillas que nos rodean con los ojos despiertos del niño que tiene dentro.
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