En un año en el que la no ficción ha dominado buena parte de
nuestras lecturas, se ha hecho hueco esta breve narración editada por
Periférica que narra un episodio ocurrido hace cien años en la mina El Bordo,
en el Méjico de principios del siglo pasado, en el que un incendio en la citada
mina provocó la muerte de 87 mineros.
Se trata de la reconstrucción precisa del suceso a través de todos los testimonios que el
autor ha podido recoger décadas después. Como es lamentablemente común en
historias semejantes, el tiempo demuestra que los silencios no suelen ser
casuales, que las historias contadas de forma incompleta están cargadas de
intención y que los hechos históricos suelen contener información sesgada que
impide conocer en su totalidad toda la verdad.
La narración de Yuri es precisa e implacable, y pone en duda
la cadena de decisiones tomada. ¿Pudo evitarse la muerte de los trabajadores?
¿Se analizaron adecuadamente las causas? ¿Fueron los propietarios de la mina,
con sus decisiones, responsables directos de la masacre? Muchas de estas
preguntas son respondidas en la narración sin que sea necesario contestar de
forma directa. La historia de la mina El Bordo es la historia del mundo mismo,
donde el relato oficial es el relato de los verdugos, y las víctimas no tienen
opción a réplica.
Un estupendo ejemplo de como la no ficción puede colarse en
los recovecos de la buena literatura. Una buena recomendación para espíritus
ávidos de conocimiento de las historia menos conocida de nuestro pasado
reciente.
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