Hace unas semanas premiábamos a La azotea como el libro revelación de 2.018. Es un premio dirigido
en realidad a Tránsito, una nueva editorial cuyo nacimiento ya merece nuestros
aplausos, en una época en la que cualquier intento de emprendimiento artístico
representa una actividad de alto riesgo.
La azotea es una
novela publicada en 2001 por Fernanda Trías, autora uruguaya desconocida en
España y que Tránsito rescata para su debut literario. La elección no puede ser
más afortunada, ya que a la novela le sobra literatura y talento, tanto que es
difícil entender por qué nadie se fijó en ella para traerla a España en estos
casi veinte años desde su publicación.
La azotea es la
historia de una familia singular formada por una madre, su padre y su hija
pequeña en un mundo donde el futuro se encuentra encerrado en torno a cuatro
paredes. Cosas terribles han pasado y aunque al principio no se desvelan, el
recorrido de la narración hace que afloren de forma inevitable. Se trata de una
historia propia de los desplazados de la sociedad, sus miserias alejadas de
toda moral, la vergüenza de los que no tienen voz en relato oficial del mundo.
Todo ocurre entre esas cuatro paredes. Y todo puede ocurrir
(y puede haber ocurrido, sin que ya exista forma de evitarlo). Solo un espacio,
real y metafórico, la azotea en la que la protagonista respira y sueña. Una
válvula de escape que a la vez representa la imposibilidad de escapar. Solo es
posible regresar y resignarse.
La narración de Trías es envolvente y terriblemente dura y
fría. Solo así es posible narrar lo inenarrable, aquello que no se puede
contar. Solo al final surge la liberación. Y la liberación se plantea como
destino trágico y no como final feliz.
Tenemos que estar muy atentos a los próximos movimientos de
Tránsito, una editorial que aunque nueva, muestra signos de madurez propia de
editorial consolidada. El comienzo no ha podido ser mejor.
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