La casualidad
ha hecho que dos libros de temática similar hayan pasado por mis manos (y por
mis ojos) en un breve plazo de tiempo. Primero fue Una educación, el fenómeno
editorial de Tara Westover, y ahora acabo de terminar La retornada, libro que, aunque con sensibles diferencias, comparte
muchas cosas con el primero.
La retornada es el relato en primera
persona de una niña preadolescente que es devuelta a su casa, con su familia
biológica, después de años (tantos como vida) en otro hogar, el de un familiar
lejano que se encargó de ella desde que nació. La vida comienza para ella en
una casa con extraños, pero padre, madre y hermanos en definitiva, con los que
tiene que definir una relación hasta entonces inexistente.
La razón del
suceso, inverosímil a primera vista, está oculta en el relato (oculta para la
narradora y protagonista y por consiguiente para nosotros). Solo el transcurso
de las páginas empieza a arrojar luz sobre el motivo que ha llevado a la
familia de la protagonista a “devolverla”. He de decir que bajo mi punto de
vista esta verosimilitud no se recupera en ningún momento. Se trata de una
historia en cierto modo forzada, pero si uno la asume y no la cuestiona está
llena de matices y de elementos de reflexión muy interesantes.
La retornada es en cierto modo una
novela de iniciación, una zona cero para una chica que se tiene que plantear
comenzar una vida nueva que supone renacer en cierto modo. Este tortuoso camino
en forma poliédrica tiene varias caras, todas de una complejidad brutal: la
sentimental (el abandono de lo que creías propio y el rechazo por parte del
nuevo entorno), la socioeconómica (del bienestar de una familia acomodada a la
semipobreza de la nueva) o la propiamente vital (el aprendizaje de otras formas
de vida, otras dificultades).
Si bien la
experiencia de La retornada es un
ejemplo de superación ejemplar en sí misma (en clara analogía con la mencionada
Una educación), esa superación tiene
dos contrapuntos que la enfatizan: se trata Vicenzo y Adriana, dos de los nuevos
hermanos de la protagonista, los más cercanos, cuyo destino marcado deja en
ella una huella especial. Son, sin duda, los personajes secundarios que llenan
la historia de verdad.
La superación
en un ambiente hostil sin apenas ayuda es otro de los factores comunes de La retornada con Una educación. La importancia de la educación para entender el
mundo, para superar sus dificultades y para crecer en la vida es una idea que
prevalece sobre las demás en las dos historias.
Muy
recomendable lectura, fácil, accesible y a la vez profundas, en una nueva
demostración por parte de la editorial Duomo para permitirnos acceder a
literaturas de primera calidad más allá de las editoriales nacionales al uso
(la influencia italiana de Duomo va más allá de su accionariado). Os animo a
que La retornada forme parte de
vuestros libros para regalar esta navidad. Os aseguro de que acertaréis.
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