Impedimenta ha vuelto a conseguir que me obsesione con
un autor olvidado. Y me ha vuelto a pasar una de las grandes contradicciones de
la vida de un lector, coges un libro con tantas ganas que te lo terminas en dos
días. Y te ha gustado tanto que te arrepientes de no haber exprimido un poco
más la lectura. Espías, aristocracia, soviets… y todo a principios del siglo
XX. Dan ganas, ¿verdad?
Lady Diana
Wynham es una de las figuras más glamurosas de la nobleza inglesa y adora
escandalizar a la sociedad británicas con sus romances indiscretos y sus
escapadas a través del continente, siempre acompañada de su fiel valet, Gérard
Séliman, un perfecto caballero que, técnicamente, sigue siendo un príncipe. Sin
embargo, tras años de derroche constante, lo único que la puede salvar de la
ruina es un campo de pozos petrolíferos que le legó su difunto esposo, el
embajador del Reino Unido en San Petersburgo; un campo que ahora ha sido tomado
por los temibles bolcheviques. Lady Diana urdirá un plan que llevará al
príncipe a embarcarse en una peligrosa aventura a través de Europa, repleta de
espías soviéticos, noches de amor apasionado, un viaje a bordo del mítico
Oriente Express y grandes dificultades para almorzar con un mínimo de decencia.
Aunque al principio pensemos que Lady Diana es la
protagonista de la novela, la que la titula, no es ella la que lleva el peso de
la historia. El narrador y principal personaje de la obra es el príncipe
Seliman. Un príncipe curioso con un matrimonio truculento que se pone a las
órdenes de la encantadora aristócrata por pura diversión y sentido del
honor. Entre los dos se desarrolla una
amistad intensa con un toque erótico que da un poco más de interés al asunto.
Nuestro narrador es un hombre encantador, culto pero
sobre todo, con una ironía y humor a prueba de balas. Es la diferencia notable
con cualquier otra novela de espías del tres al cuarto. Los diálogos entre Lady
Diana y Seliman y Seliman y los soviets con los que tienen que lidiar son lo
que hace verdaderamente rica esta historia. Nos encontramos con disertaciones
divertidas y notablemente inteligentes sobre la revolución bolchevique, sobre
la riqueza, sobre la lucha de clases…quizá alguna de las ideas suena
trasnochada pero claro, el autor nació hace más de un siglo y los prejuicios
frente al comunismo no son los mismos de ahora. Pero ahonda de manera clara en
la barbarie de la época, hechos que quizá con tanto tiempo pasado muchas veces
pasamos por alto pero que era una preocupación clara de los países no
capitalistas.
Además de hacernos viajar a esa época y zambullirnos totalmente en su atmósfera, sigue cumpliendo con las premisas básicas de los
relatos de espías. Los viajes atractivos, las comidas fastuosas, las mujeres
hermosas (también esto un poco trasnochado y pasado de moda pero no
ofensivo)... Nuestro espía particular lleva a cabo una misión tipo James Bond,
aunque el 007 de Desde Rusia con amor, pero todo ello aderezado con mejores
descripciones y profundidad de los personajes pero con ese toque de intriga
típico de las peleas entre rusos e ingleses.
Y como colofón al libro, está su autor. Con una vida
tan cautivadora como sus personajes, estudió en Francia y Alemania y habló tres
idiomas, francés, inglés y alemán, y comenzó su carrera como periodista
trilingüe a la edad de 19 años. Se mudó a Estados Unidos cuando era joven, pero
al regresar a Francia su novela 'La madone des sleepings' (1925 fue traducida a
treinta idiomas, vendió más de un millón de copias y lo convirtió en un autor
de celebridades Visitó América otra vez y conoció a celebridades como Errol
Flynn, Marlene Dietrich y Charlie Chaplin. Finalmente decidió vivir en América
y lo hizo desde 1939 hasta 1946. Fue uno de los escritores más conocidos de
Francia en el período entre las dos guerras mundiales y un adjetivo.. Más de 15
de sus obras se convirtieron en películas. El personaje de Tintín está basado
en él. Durante todo el tiempo que estuvo escribiendo, continuó viajando,
visitando lugares como India, Ceilán (hoy en día Sri Lanka), Japón, Turquía,
Pakistán y Nepal, donde fue uno de los primeros occidentales en recibir la
bienvenida. Murió en 1973 y en su tierra natal y en Europa, en general todavía
es considerado como un autor de gran renombre, pero en otros lugares es poco
conocido hoy en día. Sin duda, un autor a recuperar.
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