Jon Bilbao forma parte de nuestros autores de cabecera.
Hemos seguido su trayectoria desde que conocimos sus
libros en Salto de Página y vivimos
con entusiasmo su salto a Impedimenta, donde publicó hace dos años Estrómboli,
un libro de relatos que daba continuidad a su etapa anterior como espléndido
relatista, uno de los más en forma del panorama nacional. Aunque autor también
de novela, es en sus relatos donde encontramos gran parte de su potencial. Hoy
os presentamos El silencio y los
crujidos. Tríptico de la soledad, su segunda obra en Impedimenta.
En El silencio y los
crujidos Jon Bilbao afronta la narración a través de tres relatos,
aparentemente independientes, pero interconectados (de ahí el “tríptico”) de
forma transversal por un hilo conductor en torno al cual giran las tres
historias: la búsqueda autoconsciente de la soledad, sus motivaciones, sus
limitaciones y sus paradojas, su sentido máximo.
De este modo, no se trata de un libro más de relatos, sino
de una obra más ambiciosa que trata de reflexionar sobre la soledad y sus
diferentes caminos, los que llevan hasta ella y los que parten de ella. Tres
historias, tres protagonistas, distintos pero de mismo nombre (Juan) y tres
alter ego, su reverso en un caso, su conciencia en otro, la parte que explica
la otra en el restante (también con el mismo nombre en las tres historias,
Una).
Tres momentos de la historia, tres pequeñas historias en
torno a la soledad. En Columna un
eremita decide vivir sobre una columna, más cerca de Dios y con la única
compañía de sí mismo. El traslado forzoso de la columna le comunica visualmente
con otro eremita. En otra columna. Su espejo, su perdición, o quizás su
salvación. En Tepuy un biólogo se
aventura a un retiro en la dima de un tepuy
(montaña rocosa con cima plana) en la selva amazónica para el estudio de
una especie deconocida de anfibio. Por último, en Torre, un multimillonario se refugia en una emblemática torre de la
isla de Menorca para alejarse de un mundo al que le ha dado un invento
tecnológico revolucionario que les ha cambiado la vida, motivo por el cual es
perseguido y odiado.
Tengo la sensación de que Jon Bilbao ha encontrado el pulso
narrativo que lleva años buscando. Y esto lo escribe un lector entusiasmado con
sus libros de relatos, que aportaron una frescura y un futuro que nuestra
literatura necesitaba. Leyendo El
silencio y los crujidos uno intuye a un escritor en estado de gracia ante
la que es hasta el momento su gran obra.
Ahora, echar la vista atrás y hojear la obra publicada del
autor cántabro es un privilegio al alcance de los que le conocemos casi cuando
empezó. Es ahora, con esta obra, cuando uno es capaz de valorar que la carrera
literaria es un recorrido lleno de curvas y rectas, y donde solo unos cuantos
tienen el privilegio de ser leídos. Y así, siendo leídos, los autores pueden
seguir escribiendo, para cada vez escribir mejor y ser más leídos, y publicar
mejores libros. El de Jon Bilbao es un buen ejemplo. Un autor que siempre contó
con la complicidad de un público que le entendió desde el principio, y que
sospechábamos que de su pluma saldría un libro como el que acaba de publicar.
P.D. Os dejo las reseñas que hasta el momento hemos publicado de libros de Jon Bilbao, tanto en Salto de Página como en Impedimenta:
Comentarios
Publicar un comentario