Con este libro de relatos he sido muy feliz. Me ha hecho pasar muy agradables momentos. Creo que por ahora, es lo mejor que he leído en 2018. Siempre dan un poco de reparo las obras que se promocionan como obras maestras recuperadas de autores desconocidos del siglo XX. Creo que al cabo del año aparecen cuatro o cinco con esta descripción. Pero en este caso a mí me ha convencido.
Los cuentos de Pearlman son una prodigiosa combinación de sutileza, elegancia, ironía y deslumbrante capacidad de exploración de los sentimientos y conflictos humanos. Su hondura psicológica y riqueza de matices los convierte en inagotables. En el prólogo, Ann Patchett, que compara a la autora con Updike y Alice Munro, dice: «Tienes entre manos, lector, una joya, un libro que podrías llevarte a una isla desierta sabiendo que, cada vez que llegases a la última página, podrías volver a empezar.»
Edith Pearlman como decía, es una desconocida para el público en general. Quizá se deba a que su obra ha sido publicada en revistas (unos docientos cincuenta cuentos) y ha sido editada tardíamente. Con esta recopilación sin embargo, ha conseguido ser premiada en varias ocasiones, incluido el prestigioso National Book Critics Circle Award. La forma de escribir de la autora es delicada, detallista y honda. Llama la atención que hasta ahora no haya conseguido la fama.
La mayor parte de los cuentos recogidos en este amplio tomo están situados en Estados Unidos, aunque también viajamos con ellos a América central y a Europa. Dentro de Estados Unidos visitamos comúnmente el peculiar Macondo de la autora. Godolphin, un suburbio de Boston, se convierte en protagonista en la mayor parte de los relatos. Así, la amplia mayoría nos habla de la clase media, habitualmente de religión judía que es de suponer que es el ambiente que mejor conoce la autora.
Es curioso cómo hay momentos en que hay un mismo tema reincidente en varios de los temas que disfrutas. Últimamente estoy coincidiendo con personajes de religión judía por todas partes. Desde la divertidísima serie The marvelous Mrs Maisel, hasta la maravillosa película Call me by your name. Casualidades de la vida que ayudan a ampliar los horizontes habituales.
Hay personajes que se repiten en varios de los relatos, con los que volvemos a encontrarnos años después como si fueran viejos amigos. La norteamericana que se ofrece a ayudar en la diáspora judía la reencontramos en Nueva York a su regreso en una preciosa culminación. Algunos otros me siguen acompañando estos días, como la niñera perfecta con un pasado que ha dejado atrás, o la niña que vigila con sus prismáticos a los vecinos y descubre que las cosas no son lo que parecen. Estupendos relatos que nos muestran personajes cotidianos que ahondan en sus propios sentimientos a través de los demás. Siempre personajes un tanto aislados a los que finalmente el mundo transforma a su antojo.
Cuando lo tienes en tus manos, te parece demasiado grueso, que siendo tantos cuentos no lo terminarás nunca. Cuando ya llevas un par de cuentos leídos, te alegrarías de que no se acabasen nunca. Treinta y cuatro relatos que se disfrutan a fondo. Una recopilación que sin esperarlo, se ha convertido en el mejor comienzo lector del año.
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