Todas las mujeres necesitamos una mejor amiga.
O dos, o tres… Es algo que siempre he tenido claro en mi caso, la conexión con
otra mujer me es imprescindible en la vida. En concreto hay varias edades en
las que tus amigas se convierten en tu familia. Tu primera mejor amiga, las
tardes en las casas de una u otra y las horas muertas hablando de la nada. Así
comienza Tiempos de swing, mi primer acercamiento a la famosa Zadie Smith.
Ambientada
desde los anos ochenta hasta la actualidad en Londres, Nueva York y Africa
Occidental, cuenta la historia de dos intimas amigas, ambas hijas de
matrimonios mixtos, que crecen en el heterogeneo y multirracial barrio de
Willesden, en el norte de Londres. Se conocen en la infancia, unidas por el
sueno de llegar a ser algun dia bailarinas, pero solo una de ellas, Tracey,
tiene talento. La otra, la narradora, tiene inquietudes, que a lo largo de los
anos la conducirán muy lejos, mas de lo que nunca habria podido imaginar. La
amistad entre las chicas es reciproca y verdadera pero difícil y se interrumpe
cuando ambas llegan a la veintena, dejando un poso perdurable.
La
narradora y Tracey se conocen en el seno de la preadolescencia en clase de
danza e inmediatamente se buscan la una a la otra. Los nexos en común son
claros. Ambas niñas viven en pisos de protección oficial y provienen de parejas
de raza distinta. Pero sobre todo lo que más les une es su amor por la música,
la danza y los musicales en particular. A través del libro disfrutamos de
algunos de los momentos más bellos de la música del siglo XX, especialmente del
que lleva por título la novela. No se pueden aguantar las ganas de volver a ver
a Fred Asteire bailando a medida que
lo disfrutamos a través de los ojos de estas dos niñas. Sólo por esto el libro
ya merece la pena. La narradora se ve hechizada por la personalidad de Tracey y
a partir de este momento sus vidas quedarán atadas a pesar de los años y la
incomunicación.
La narradora no tiene nombre y es curioso que
en ningún momento lo haya echado de menos en toda la historia. El uso de la
primera persona de Zadie consigue introducirte en su vida de manera absoluta.
Ella va cruzando estadios de su pasado desde su infancia y juventud con Tracey,
hasta su primer empleo y hasta el trabajo con Aimee, la estrella del pop que absorbe
por completo su vida.
A partir de ese momento comienza otra parte
esencial del libro, el proyecto de África. La autora nos quiere mostrar en él
la realidad de este continente, la visión europeizada que no conseguimos
romper, y la solidaridad condescendiente de la que hacemos gala. El personaje de
Aimee está claramente basado en Madonna, tanto en los hijos de diferentes
padres, como en los novios jóvenes y en las adopciones de niños. Es una parte
del libro bella pero resulta inconexa con la parte anterior. Podrían haber sido
dos libros completamente diferentes.
Durante todo el libro Zadie opta por los personajes antipáticos. Creo que no hay
ninguno con el que haya conseguido empatizar, ni siquiera con la protagonista.
Es un gran mérito del libro, que no busca la aprobación para sus actos, que
convierte a todos los personajes en personas reales y no en estereotipos. Su
prosa es absorbente y profunda, aunque lo que cuente sea una anécdota de una
diosa del pop.
Quería probar a Zadie Smith y no me ha
defraudado. Estoy segura que repetiré con ella. Hace mucho tiempo que era una
espinita en mi vida de lectora, pensaba que podía ser una autora más
sentimentalista pero ha sido una grata sorpresa. En este 2018 publica un nuevo
libro de ensayos, es una buena oportunidad para seguir descubriéndola aunque se
edita en inglés y no hay fecha para el mercado español. Merecerá el esfuerzo, estoy segura.
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