Hoy os
traigo una joya literaria, una más del autor guatemalteco Eduardo Halfon. Asumo
que puedo parecer redundante con la obra de este escritor. Pero Elocuencias de un tartamudo vuelve a ser
otra joya dentro de la obra literaria del autor.
Todo
comienza así:
Hace años leí sobre un programa que Paul
Auster tuvo en la cadena de radio pública norteamericana, NPR, llamado «El
Proyecto Nacional del Cuento». Auster salió al aire la primera noche y pidió a
los oyentes norteamericanos que mandaran sus historias. Las únicas dos
condiciones, les dijo, eran que éstas debían ser verdaderas y cortas. Lo que
más le interesaba, les dijo, eran «historias que desafiaran nuestras
expectativas del mundo, anécdotas que revelaran esas fuerzas misteriosas y
desconocidas que influyen en nuestras vidas, en nuestras historias familiares,
en nuestras mentes y cuerpos, en nuestras almas. Es decir, historias verdaderas
que parecieran ficción». Se me ocurrió, entonces, una variante de la misma
idea: convertirme en una especie de contador de historias de los demás. Al
igual que lo haría un reportero o un periodista, estaría atento a historias que
la gente me contara, historias en apariencia banales, inocuas, pequeñas e
insignificantes. Y eso hice a lo largo del año 2009. Buscar y contar historias
de otros, historias que yo iba recogiendo en Guatemala, en México, en Iowa
City, en La Habana, en La Rioja, en Ginebra de la misma manera en que alguien,
medio perdido, recoge piedras o pétalos o migas de pan. Algunas personas me las
gritaron, otras me las susurraron, aun otras me las tartamudearon pero
siempre, cada una, con su propia elocuencia.
¿Necesitáis
algo más? Así es un libro de Halfon, una propuesta apasionante al reverso de
las historias cotidianas. En las del libro que nos trae hoy aquí siempre hay
una segunda historia que subyace sobre la principal. Historias de gente normal
donde lo normal torno extraordinario.
Halfon
pone voz (y literatura) a gentes sin los recursos para contar su propia
historia, y recorre medio mundo para encontrar esos protagonistas. Él, de
nuevo, aunque detrás del telón, se convierte en protagonista de las historias
contadas, aunque en esta ocasión haya elegido la voz en off como recurso
narrativo.
Se
trata de un precioso proyecto en forma de libro que merece ser leído y
acariciado. Desde hace tiempo he elegido los libros de Halfon como regalo para
la gente que quiero. Creo que hay pocas propuestas narrativas tan especiales
como para merecer ser regaladas tan a menudo. Halfon es literatura y la
literatura tiene acento guatemalteco.
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