Ésta
es una de esas novelas que te apetece leer después de un arduo día de trabajo,
lecturas y meriendas infantiles. Cuando por fin te echas en tu cama y llega la
hora de decidir el libro de tu repleta mesilla. Algún día debería poner en el
blog una foto de mi caótica mesilla de noche. Esta novela me atrapó desde el
primer momento y no puedo por más que compartirla.
Seis semanas antes de asumir la
dirección del MI6 y convertirse en la primera mujer que encabeza uno de los
servicios de espionaje más prestigiosos del mundo, Amelia Levene desaparece sin
dejar rastro, provocando así la crisis más grave que la institución ha vivido
en una década. Los altos mandos se encuentran en un trance: no sólo tienen que
encontrar a Levene, sino que la tarea tiene que realizarse en el más absoluto
secreto si quieren evitar un duro golpe a la imagen y credibilidad del MI6. Así
pues, la mejor opción que les queda es acudir a Thomas Kell, un agente al que
despidieron del cuerpo ocho meses atrás por presuntas torturas a un detenido
durante una antigua misión en Kabul.
El
libro comienza con esta cita de “El agente secreto” de Somerset Maugham que ya
cuando la leí en éste me pareció una de las mejores frases para empezar una
novela:
“—
Hay una cosa que debe tener en cuenta antes de empezar su trabajo. Si lo hace
bien, nadie le dará las gracias; y si necesita ayuda, nadie se la
proporcionará. ¿Está usted de acuerdo?
—Completamente.
— Entonces, que pase una buena tarde”.
—Completamente.
— Entonces, que pase una buena tarde”.
Parece
que Charles Cumming quiere recoger el testigo de Le Carré y el clásico espía
británico. Me ha resultado totalmente adictiva. Comenzamos en Egipto, lo cual
no es arbitrario ya que uno de los aciertos del libro es que nos está situando
los problemas actuales del MI6, que están en el medio oriente. La temática
contemporánea está presente en toda la novela y juega un papel importante en la
intriga principal. En Egipto un hombre nos muestra sus sentimientos ante el
abandono de la mujer de la que se había enamorado. Y así, de esta forma tan poco
habitual en la novela de espionaje, nos adentramos en la historia de los
protagonistas:
·
Thomas
Kell, un ex agente británico que intenta llevar su vida adelante tras su cese
en el MI6. Cuando aparece la oportunidad de buscar a su antigua jefa, retoma
una falsa identidad y utiliza todos sus recursos con el doble objetivo de
encontrar a su amiga y poder entrar de nuevo en la organización.
·
Amelia
Levene, la desaparecida. La primera mujer que ha llegado tan alto en esta
organización. Una mujer implacable de la que se muestra su lado más humano pero
también su determinación.
Una
novela muy cinematográfica, al estilo de la “Misión imposible” de Brian de
Palma, pero más sobria en los recursos de espionaje. Thomas Kell no es un
agente con dotes sobrenaturales, no es un hombre que atrae a todas las mujeres
a su paso. Simplemente se ayuda de su experiencia, su instinto y sus contactos
en las diferentes organizaciones secretas. Es un gusto leer sobre los distintos
miembros del grupo que recluta. Es en este punto donde recuerda a la segunda
parte de Misión imposible, gente que no se conoce y logra actual a la
perfección para lograr el objetivo.
El
autor, que trabajó durante un tiempo en los servicios secretos británicos,
utiliza estos conocimientos para ponernos al día de los entresijos entre las
diferentes agencias y dentro del propio MI6, con sus ambiciones, su cinismo…
igual que cualquier otra empresa del mundo.
Volveremos a oír de Thomas muy pronto ya que será el protagonista interpretado por Colin Firth en una serie de seis capítulos de la BBC, además de dos libros más preparados por el autor. A mí ya me tienen a la espera de ambas cosas.
Pues si tenía alguna duda la mención a Colin Firth me ha ganado
ResponderEliminarUn thriller interesante, adictivo y de fácil lectura, basada en una trama un tanto absurda y a todas luces irreal. Por favor, no me comparen a Cumming con el maestro Le Carré, no le llega ni a la suela del zapato.
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