Seguimos con la obra de Eloy
Tizón, autor con el que teníamos una deuda pendiente, saldada ya en parte con
las lecturas (reseñadas aquí) de La voz
cantante y Velocidad de los jardines.
Queremos seguir explorando sus novelas, formato en nos hemos sentido más
cómodos leyéndole (en contraposición a sus afamados relatos). Este verano nos
hemos acercado a Seda salvaje, una
novela corta del autor publicada en Anagrama hace ya veinte años y ya os
adelanto: nos ha vuelto a encantar. Tizón
se queda.
Seda
salvaje vuelve
al relato en primera persona donde el narrador se confunde con el protagonista
para contarnos su historia con su enamorada Fátima. Nos anuncia su boda y nos
revela su secreto: su obsesión por conocer cómo es Fátima fuera de la relación
sentimental que mantienen.
Ese interés, convertido en
patológica obsesión, le lleva a contratar a un detective, a seguir los pasos de
su amada a sus espaldas, y a través de esas pesquisas descubre la relación de
Fátima con un misterioso joven internado en una institución médica. ¿Quién es
ese joven? ¿Qué esconde la dulce Fátima? ¿Adónde es capaz de llevarnos nuestra
imaginación llenando los huecos vacíos de las cosas que sí conocemos?
Porque Seda Salvaje no es una novela de misterio. O no solo es una novela
de misterio. Se trata de una historia sobre la peligrosa atracción por conocerlo
todo, por mirar a través de la rendija de la puerta, por poner a prueba
nuestros pilares de confianza, que no es otra cosa que ponernos a prueba a
nosotros mismos.
Es por eso que la historia
que teje el protagonista de Seda Salvaje avanza
entre el testimonio subjetivo del narrador y la interpretación casi onírica de
aquello que ve o que le cuentan. El espía contratado que acaba espiándole a él es
el paradigma del hurgando en terrenos pantanosos a menudo nos podemos encontrar
con el espejo de nuestro propio reflejo.
El final, líricamente trágico,
poético, garcíamarquesco (permitidme la pirueta lingüística), nos descoloca y
nos deslumbra, y pone el colofón perfecto a una obra difícil de clasificar y
altamente recomendable.
Creemos que ya es el momento
de leer al Tizón más actual, y nos está esperando Técnicas de iluminación, el libro de relatos que publicó el año
pasado en Páginas de Espuma, y del que hemos oído maravillas. Bienvenido a este
humilde club, Eloy.
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