Impedimenta
nos vuelve a dar otra alegría con una nueva entrega de un caso de Gervase Fen.
Siempre da mucho gustito cuando en el catálogo de una de tus editoriales
favoritas encuentras otra nueva novela de un autor o un personaje que te
encanta. Sin que me lleve más que un par de minutos y sin remordimientos, me
dispongo a la compra y posteriormente al disfrute de uno de los géneros que más
me gusta: la clásica novela negra británica.
Hastiado de la aburrida vida
universitaria, el excéntrico profesor y detective amateur Gervase Fen (La
juguetería errante y Asesinato
en la catedral) decide tomarse un descanso y trasladarse al remoto
pueblo de Sanford Angelorum, en plena campiña inglesa, para presentarse como
candidato al Parlamento. A primera vista, la aldea parece un lugar tranquilo,
pero, fiel a su instinto, Fen no tarda en descubrir que, una vez más, las
apariencias engañan, y se sumerge en una oscura trama de chantaje que derivará
en un misterioso asesinato. A medida que su incipiente carrera política deja de
proporcionarle satisfacciones, Fen concentra todas sus energías en resolver el
misterio, aunque, sin apenas darse cuenta, acaba atrapado en una desconcertante
red en la que se topa con psiquiatras excéntricos, un cura que intenta
domesticar un poltergeist,
lunáticos que corren desnudos por el campo, mujeres hermosas y un cerdo algo
tarado.
En
esta novela ahondamos más en el personaje del detective Gervase Fen. Hastiado
de su monótona vida en Oxford, decide dedicarse a la vida política y para ello
elige un tranquilo pueblo en la campiña
inglesa. Pero su destino detectivesco no le deja tiempo para su nuevo
objetivo. Si en las demás novelas el detective era el que se presentaba
dispuesto a la pesquisa, por primera vez, Gervase se encuentra con ella de
frente y asume su papel de manera más pasiva.
A
pesar de ello, tanto protagonista como lectores nos vamos enfrascando cada vez
más en el misterio. O debería decir misterios, porque este plácido pueblecito
oculta muchos más de los que parecía. Una herencia aristocrática, un sacerdote
esotérico, un personaje camuflado y por supuesto el crimen. Si en otras novelas Fen era arrogante, y pretendía
conocer al criminal desde el principio de la novela, en ésta se le nota
despistado, abrumado por los acontecimientos. Lo cual no le impide llegar a una
solución final. Intrincada y sorprendente.
En
esta entrega los personajes han sido muy atractivos. Algunos de ellos tópicos
en las novelas de este tipo, pero para mi gusto necesarios. Los excéntricos dueños
de su alojamiento, la muchacha desvalida, el policía recto… personajes muy bien
descritos y algo disparatados que te arrancan la sonrisa entre el resto de la
intriga.
Ésta
ha sido una de las novelas que más me han gustado de Edmund Crispin. Creo que
ya lo he comentado en alguna de las reseñas de las novelas anteriores pero
considero la más floja la primera que leí de él “La juguetería errante”, y aun
así me logró cautivar lo suficiente como para haber sido una ávida lectora de
todas las demás. Con todo, cada una de ellas es diferente y se estructura de
una forma distinta a la anterior, un gran logro de su autor. Seguid a Gervase
por favor, os aseguro que tendréis muy buenos ratos garantizados.
A mí lista de pendientes!
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