Las lecturas diferentes, incómodas, las que se alejan de la ortodoxia, las que exploran territorios que hacen temblar a los obsesionados con el orden. Esas lecturas hacen que la literatura sea un mundo maravilloso e imprevisible; con ese tipo de lecturas ha crecido nuestra pasión por los libros desde que éramos solo unos niños; por y para esa literatura hemos construido un proyecto como este blog. Hoy os presentamos uno de esos libros que hace brotar todo lo anterior. Os presentamos Nefando, de la ecuatoriana Mónica Ojeda.
Nefando es la historia de un videojuego online ya desaparecido, de culto, gracias a (tanto su condición de juego de culto como su desaparición) a su contenido polémico y de corte delictivo. Años después, somos testigos privilegiados de las confesiones de sus creadores, seis jóvenes (tres ecuatorianos, dos mejicanos, 1 español) que compartieron piso cuando se gestó el videojuego.
El relato se estructura en capítulos que nos van presentando de forma independiente el testimonio (entrevistas) a cada uno de los autores de Nefando. Y esta estructura dota a la historia de un suspense claustrofóbico, casi insoportable. Porque Nefando parece en realidad el reverso perverso de las vidas de los seis protagonistas. Es ese reverso que no queremos ver, que nos asusta si es a nosotros a quien nos pertenece: asusta tanto que no queremos que nos sea mostrado, aunque sea el reverso de otros. Por eso Nefando (el videojuego) es tan difícil de explicar, y por eso la experiencia de haberlo jugado es (por los pocos testimonios que quedan) única en cada caso.
Además de estas entrevistas, el libro nos muestra material con el que la composición de la historia se completa: transcripciones de foros donde se habla del juego, de las experiencias de los usuarios, los relatos que escribieron los autores del videojuego antes y durante su creación) y reflexiones de estos que nos ayudan a comprender sus orígenes y sus motivaciones.
Nefando trata temas que no vamos a encontrar en novelas de Ruíz Zafón: Abusos sexuales, pederastia, relatos escalofriantes de infancias que prefieren no ser recordadas. El relato no es una investigación policial (que podría serlo pero se nos muestra ya concluida), solo trata de explicarnos todo aquello que no se resuelve en un juicio, los límites morales cuando la víctima no se considera como tal, esas fronteras incómodas que no forman parte de los debates convencionales, esos en los que todos nos atrevemos a opinar. Hablemos en serio de asuntos en los que preferimos fingir consenso, y en realidad no es otra cosa que falta de osadía.
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Mónica Ojeda |
Ha sido muy difícil escribir esta reseña, porque Nefando en realidad es una experiencia metaliteraria que trasciende a gran parte de lo leído por este que os escribe. Os puedo asegurar que me he encontrado pocas veces ante libros donde no sé si recomendar encarecidamente su lectura o mantener mi entusiasmo en secreto; experiencias que me apetecería completar escribiendo o llamando a la autora pero que no sabría por donde comenzar la conversación.
Porque Mónica, sospecho que sabes que lo que has hecho es muy grande, y has escrito un libro que tarde o temprano va a explotar (explosión literaria, entiéndase). O sospecho que también sabes que tu libro, como Nefando - el videojuego - puede convertirse en un libro que dentro de unos años pueda ser recordado como ese libro que ya nadie encuentra y del que dudaremos si alguna vez existió.
Quede esta reseña como muestra de que sí existió, y de que es tan real como la más absoluta ficción literaria.
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