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El ejército de piedra de Luis Manuel Ruiz. Salto de página

Me apetecía mucho leer este libro después de varias ojeadas al catálogo de Salto de página. Tenía ganas de una aventura extravagante y divertida y he acertado plenamente.

Una amenaza recorre Madrid. Esta vez el enemigo no procede del otro lado de las fronteras, ni de los bajos fondos, ni siquiera de esos subterráneos morales donde anidan peligrosas ideologías como el socialismo o el anarquismo; esta vez la amenaza son las piedras. De la noche a la mañana, y sin que nadie sepa por qué, las estatuas de la capital han abandonado sus pedestales, sobresaltando a pacíficos transeúntes o introduciéndose sin invitación en las casas de gente inocente. Los ministerios desmienten rumores que vuelan sobre las planas de los periódicos amarillos, y a menos que alguien intervenga con toda celeridad el asunto puede alcanzar dimensiones monumentales: las mismas de la Cibeles, de Neptuno, de las esculturas del Retiro y la Plaza de Oriente en cuanto se les ocurra sumarse a la estampida. 


Madrid, primeros años del siglo XX. La historia comienza como un relato de terror, un niño es secuestrado por una bestia, su madre los persigue angustiada… un disparo a tiempo y la bestia se rompe en pedazos, una estatua de piedra que cobra vida. Evidentemente hemos entrado en el terreno fantástico pero con un perfecto equilibrio con el humor.

A continuación vamos conociendo a los personajes que nos acompañarán en esta aventura. Irene Fo, buscadora de peligros y desafíos. Mujer bella (no olvidemos que las protagonistas femeninas siempre tienen que ser guapas además de tener otras mil cualidades, no como los masculinos que pueden ser feos como un pie si son eminencias en lo suyo), inteligentísima y experta luchadora, alpinista… ella es la hija de la autoridad científica Salomón Fo, que ha ayudado anteriormente a la policía a resolver los casos más inquietantes del país.

También conocemos a Elías Arce, un periodista en ciernes que va buscando las noticias más singulares y se topa con la más singular de ellas. Enamorado de Irene, la seguirá donde haga falta para conseguir la exclusiva o lo que se tercie. Además de estos protagonistas aparecen muchos secundarios bastante curiosos y divertidos, amén de los malos de turno.

Lo que más me ha gustado del libro es su sentido del humor. Es una aventura fantástica que no se toma excesivamente en serio a sí misma. Desde los piononos del profesor Fo y su rotura de dientes, hasta el intrincado desenlace…

Parece que el autor tiene toda la intención de continuar con la saga, que comenzó con “El hombre sin rostro” pero de la que nos avisa que tendremos que seguir lidiando con ciertos individuos. Sinceramente yo ya he apuntado la anterior historia para leer. Me gusta tener en cartera libros de puro entretenimiento, siempre bien escritos, bien desarrollados y con personajes completos, pero entretenimiento. Y me gusta mucho que esta vez haya sido un escritor español el que me lo haya ofrecido. Un clásico de aventuras detectivescas con aire castizo.  

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