Cuando una editorial con el poso y el prestigio de Libros del Asteroide hace una excepción en su línea editorial es inevitable pensar que tiene que haber un buen motivo para ello. Eso fue lo primero que pensé cuando tuve noticias de Asamblea Ordinaria, tenía que haber una explicación: autor español, segunda novela (casi novel en la práctica) y con un tema tan en boga como la crisis. No parece a priori un libro del catálogo de la editorial. La respuesta a estas dudas pasaba, como ya habréis imaginado, por la lectura del libro. Y vaya si te obtenido respuestas.
Asamblea ordinaria es un relato coral de la crisis cotidiana que impregna los tiempos que vivimos. ¿Económica? Por supuesto. Pero también social, vital, existencial.
Tres historias independientes, narradas de forma intercalada, tres brochazos de realidad cercana, incómoda, peligrosamente especular (verse reflejado puede provocar más de un sobresalto).
Uno. Una joven pareja en la que él pierde su empleo comienza a sentir las primeras grietas en su relación, al principio imperceptibles, luego incontenibles.
Dos. Un adolescente al que la crisis le lleva a dejar su piso compartido para ir a vivir a casa de su tía. La experiencia le abre los ojos a otras realidades desconocidas, donde el que presta ayuda a veces es el que más necesita.
Tres. Otro joven disecciona con precisión quirúrgica a su jefe, arquetipo de profesional de éxito, modelo de catálogo sin defectos aparentes al que los primeros vientos inesperados muestran su verdadero interior de cartón piedra.
La narración (triple) de Fajardo avanza tranquila pero inmisericorde, mostrando los desconchones, la fragilidad de lo conseguido, la triste (pero sin drama) realidad. Cada uno de los finales de las tres historias parece converger: la puerta se cierra y él se marcha, el sobrino no es capaz de encontrar un culpable a la desgracia de su tía, sólo víctimas, el jefe se muestra desnudo, sin todas las capas que le protegían.
Como os decía al principio, Libros del Asteroide ha desviado su camino con toda la intención, recogiendo de la cuneta una obra monumental y con categoría suficiente para sumarse a nuestras obras de referencia que están contándonos la crisis, esas a las que acudiremos para que nuestros hijos dentro de treinta años lo entiendan todo. Bienvenido Julio Fajardo, al territorio habitado por Elvira Navarro, Isaac Rosa, Rafael Chirbes, al que has entrado por derecho propio.
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