Tenía mucha confianza en este libro. Aunque el argumento generaba mis dudas (el título, como comprobaréis más adelante, puede hacer pensar vamos a leer otra cosa) las buenas críticas cosechadas y que Libros del Asteroide esté detrás de la edición española ayudaron a que se haya convertido en mi primer libro de las vacaciones. He de decir que su lectura me ha reconciliado con una forma de disfrutar la literatura que echaba profundamente de menos..
Josh Levin es un aprendiz de guionista treintañero que se gana la vida dando clases de inglés para extranjeros mientras sueña con vender una de sus historias a una gran productora de Hollywood. Su portátil está lleno de ideas para guiones, pero la única que le importa de verdad es una que ha titulado «La guerra de los zombis». Cuando un día llega a su apartamento y se encuentra al casero un veterano de la guerra del Golfo un poco tarado hurgando en su colada, decide que ha llegado el momento de mudarse con su novia, la adorable Kimiko. Todo parece ir razonablemente bien hasta que Josh va a una fiesta en casa de Ana, una estudiante bosnia con un marido violento y celoso
.
Ese es, a groso modo, el argumento del libro. La historia de un guionista (o un proyecto de guionista) al que seguimos en su proceso de construcción de La guerra de los zombies, su gran proyecto, mientras que contemplamos, en tercera persona pero con una subjetividad cómplice, sus dudas, sus decisiones (y la ausencia de ellas) y sus errores, sus deseos, sus tentaciones, sus temores.
Alrededor de él, como si también se tratara de un guión, un magnífico elenco de personajes caracterizados de forma magistral por el autor: Kimiko, su novia a punto de comenzar a ser algo más, sus padres, divorciados y en ese estado próximo a la locura que supone la aparición de los primeros síntomas de la vejez (esa frecuente "tercera juventud"), una hermana a la que le unen tantas cosas como le separan), su taller de guionistas, sus alumnos de inglés, un microuniverso multicultural, magnífica representación de lo que supone ser inmigrante en Estados Unidos más allá de la primera línea conocida.
Es en este último grupo donde la experiencia narrativa alcanza los mejores momentos de brillantez. Conocer de cerca (o lo cerca que decide el autor situarse) a rusos, bosnios, a, en definitiva, los protagonistas de los éxodos y guerras más recientes y, utilizando una historia aparentemente banal, lograr entender el dolor del que deja su tierra, la desmemoria voluntaria (como herramienta necesaria para sobrevivir) o la grandeza de las pequeñas historias, es lo que hace verdaderamente grande a este libro.
Conocer otras opiniones, otras miradas, ante realidades conocidas es otro de los aciertos del libro. Así, como fondo a toda la historia, se nos muestra la segunda invasión de Irak, la de Bush Jr., la de las armas de destrucción masiva, la del tratado de las Azores. Este preludio de otra guerra (¿algún dirigente internacional de relevancia tendrá valor alguna vez de señalar directamente estos hechos como causa básica para comprender nuestra realidad actual?) forma parte del paisaje de nuestros personajes, como si los acontecimientos narrados formarán parte de una película. Prueba a recordar estos acontecimientos como si no fueran eso, una película. Ya verás como te cuesta.
![]() |
La imagen tiene diez años, pero con ella pueden explicarse muchas cosas de la actualidad |
Y en paralelo, el guión de La guerra de los zombies, el proyecto que forma parte de los sueños de Josh. Esa historia absurda y poco original en la que un militar lucha en solitario para frenar la epidemia zombie que amenaza al mundo. Leemos la historia con cariño y con interés creciente, porque queremos que su autor triunfe con ella, con la esperanza de que crezca y se convierta en algo más.
El final, para enmarcar, con un guiño narrativo que cierra el círculo: el guión se convierte en historia principal y la historia principal en el guión. Como si todos fuéramos nuestros propios guionistas, o al menos personajes de los guiones de otros. O las dos cosas, quién sabe. Muy grande, insisto.
Cómo se hizo la guerra de los zombies trata sobre todos nosotros, sobre nuestras vidas (no tan diferentes a la de Josh), sobre la posibilidad de observarnos en tercera persona y descubrir que lo más trascendental puede ser en realidad ridículo y lo ridículo ser en el fondo lo importante de verdad.
![]() |
El autor, Aleksander Hemon |
Como ya he comentado en alguna ocasión, ante la sobreoferta editora actual tenemos que elegir nuestras hojas de ruta particulares: consejos de lectores con (buen) criterio, críticos incluidos, nuestra propia intuición (sigue siendo un placer zambullirnos en una librería y dejarnos llevar), o guiarnos por el buen hacer de las buenas editoriales, aquellas que nos muestran con cada nueva publicación que editar es un trabajo que puede hacerse muy bien, con talento y con criterio. Libros del Asteroide es una de ellas, editoriales que nos dan la mano y nos hacen pisar firme por el sendero de la buena literatura. Aquél del que nunca nos debemos desviar.
Comentarios
Publicar un comentario