2016 está siendo para mi un año de grandes descubrimientos literarios, de autores inéditos (para mi), reveladores: Pablo Ramos, Jon Bilbao, Martin Kohan, Marcelo Luján, Coradino Vega...
Si al libro del autor del libro de hoy le sumamos que se trata de un libro de relatos, nos encontramos ante la carta de presentación perfecta (adoramos el género). Con todos vosotros, Todos los crímenes se cometen por amor, de Luisgé Martín.
Del autor habíamos leído sobre su obra, y las expectativas eran muy altas. Y puedo decir que se han cumplido con creces.
Esta colección de relatos, recopilados por el autor y por la editorial Salto de Página, recoge una magnífica antología del autor. Provenientes de orígenes diversos (publicación en revistas, en recopilaciones de varios autores, en prestigiosos concursos de relatos), el libro supone una excelente forma de conocer a Luigé Martín, escritor valorado y reconocido en círculos literarios de prestigio y no lo suficientemente conocido para el gran público (lo cual como sabemos no significa nada). Su obra puede encontrarse en algunas de las editoriales de cabecera - Anagrama, Alfaguara o la presente Salto de Página - y esta pluralidad editora no suele ser casualidad.
Lo relatos me han encantado, por su variedad en planteamiento y estilo. En ellos, al tratarse de una recopilación, identificamos a un autor inquieto, experimental y con pulso firme. Me gustaría destacar los relatos que me han gustado especialmente. Pertenecen casi todos a la primera parte, siendo uno de ellos el que da título al libro.
En estos primeros relatos he encontrado y sentido la misma fascinación y magnetismo que caracterizan al que considero gran maestro del género: el irrepetible Jorge Luis Borges. Martín no oculta el homenaje, explícito y cómplice. En ellos, el autor se convierte en narrador y testigo de los hechos narrados, y de forma indirecta en protagonista accidental (e incidental) de la trama. Si sois lectores de Borges sabéis de lo que os hablo (y si no lo sois subsanad de inmediato el terrible error).
Me encantan ese tipo de planteamientos narrativos: añaden tensión, dan veracidad a lo narrado (son los ojos del testigo narrador, son sus sensaciones "reales") aún dentro de los parámetros de ficción. No sólo Borges, que hay mucho de él, también he encontrado ecos de Cortazar. Y de Edgar Alan Poe, otro de los dioses del olimpo del mundo del relato.
Si te gustan los relatos, este puede ser uno de tus libros para este verano. Disfrutar en tu playa favorita de este autor hará que tus recuerdos de este verano vayan acompañados de esta magnífica lectura. Y de paso servirá para luchar en la difícil batalla en la que el verano y mar se asocia a los Follet y las Dueñas (perdón, paisana) de turno.
Qué culpa tendrá el pobre mar. También se merece que le acerquemos buena literatura.
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