Un nuevo encuentro con Salto de Página, una de las editoriales que mejores sensaciones nos está dejando este año. De nuevo los relatos, género venerado en este blog. Y de nuevo, y ya van tres, un libro de Jon Bilbao, autor de culto cuyo merecido prestigio estamos comprobando y disfrutando.
En mi caso, Bajo el influjo del cometa es mi primer contacto con el autor, ya que Estrómboli y Física Familiar habían sido leídos (y reseñados) por mi mujer. Tal era su entusiasmo con el autor que tenía que darle una oportunidad, sabedor de que, dentro de nuestros gustos bien diferenciados, a menudo encontramos espacios literarios convergentes.
He de decir que en los relatos de Bajo el influjo del cometa he encontrado lo que esperaba. Y lo que esperaba era francamente bueno.
Jon Bilbao es un explorador de lo cotidiano. Y en esa cotidianeidad consigue casi sin esfuerzo que se produzca la tensión, que brote el comportamiento anómalo, desconcertante. Hasta aquí, nada nuevo. Interesante, pero nada nuevo.
Lo que hace que los relatos de Bilbao sean únicos es que en esa especie de cotidianeidad distópica nos sentimos plenamente identificados. Y, como en una consecuencia directa de esa empatía, también nos sentimos identificados con los actos anómalos, con los miedos y con las obsesiones de los protagonistas.
La lectura es incómoda, nos remueve del asiento. La identificación con los personajes nos hace comprenderles pero a la vez sus actos nos alejan de ellos. O lo que es lo mismo, nos muestran lo que menos nos gusta de nosotros mismos.
Mis relatos favoritos, Los espías (un matrimonio observa a través de la ventana a sus vecinos, el acto de la observación se convierte en objeto de interés, más que la vida de los espiados), Una victoria parcial (un matrimonio vuelve a la playa en la que fueron felices, un encuentro inesperado perturba la esperada experiencia), y el último relato, que da título al libro (la aparición de un cometa y un apagón que se prolonga en el tiempo transforman las vidas de los habitantes de un territorio).
La lectura de Bajo el influjo de un cometa ha resultado una experiencia intensa y muy gratificante. Tanto, que ya tengo un nuevo libro de Jon Bilbao en lista de espera, Padres, hijos y primates, en esta ocasión una novela. No pude evitarlo, forma parte del botín que me traje de la feria del libro de Madrid.
Ya os contaré. Leer es, sin duda, una forma de pasar instantes de nuestra vida soñando despierto, volando con los pies en el suelo, sintiendo escalofríos aunque la temperatura sea perfecta. Encontrar obras, que, como este libro, generan electricidad entre el corto espacio que hay entre nuestros ojos y las paginas de las historias que encierran, es motivo suficiente para vivir con la ilusión del siguiente libro por leer.
Disfrutad de buenos libros en este magnífico verano que tenemos por delante, lleno de historias por descubrir.
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