Los libros de Eterna Cadencia me están ayudando tomar el pulso a la literatura sudamericana actual, más allá de los autores de cabecera, que seguimos y adoramos.
Seguir de cerca a una editorial argentina precursora de nuevos talentos latinoamericanos es una suerte y un privilegio. Además, la editorial tiene especial predilección por los relatos, y ya sabéis lo que nos gusta conocer autores nuevos a través de este subgénero (os lo contábamos aquí). Los relatos son la perfecta carta de presentación literaria de un escritor.
Así hemos conocido a Maximiliano Barrientos. Una casa en llamas recoge seis inquietantes relatos del joven escritor boliviano, que nos han dejado un muy buen sabor de boca.
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Portada de Una casa en llamas |
Los relatos de Una casa en llamas exploran los límites de la condición humana. A veces cerca de la sordidez, del fin de algo, o del recuerdo de ese fin. Así, nos adentramos en la vida de un luchador profesional que es consciente del fin de su carrera, en el recuerdo que, año tras año, una esposa y un hermano comparten del familiar difunto, o en una carta de un ex esposo que llena de misterio y de preguntas el espacio que un día ocupó.
Con un estilo narrativo preciso y contundente, Barrientos nos arrastra a espacios cerrados, opresivos, capaces de evocarnos de forma remota ecos macondianos (perdonadme la expresión) donde lo externo no importa. El espacio donde ocurren los hechos es un universo en sí mismo.
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Maximiliano Barrientos |
Un autor a seguir y a recomendar. Mientras tanto, seguimos soñando con un viaje a Buenos Aires y a esta librería-editorial que ya sentimos un poco nuestra. Benditos libros con los que, a través de sus páginas, conseguimos hacer mucho más corta la distancia entre dos continentes tan dependientes y tan cercanos.
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