Me fascinan los libros intergénero, los de difícil categorización, o aquellos que, bajo un aura de disimulo literario hábilmente urdido, pasan por pertenecer a un género determinado cuando en realidad pertenecen a otro bien distinto. En este último caso, el género "visible" es la excusa del escritor, su herramienta literaria para envaucarnos y ofrecernos la verdadera esencia de su obra.
El libro que os traigo hoy al blog es un buen ejemplo de esta rara avis en el fascinante mundo de las letras. Bienvenidos a El reflejo dorado, de J. J. M. Veiga.
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Portada de El reflejo dorado |
El reflejo dorado cuenta la historia de un hombre de nuestros días cuya vida, inmersa en el desánimo y en la falta de esperanza, se ve transformada de forma convulsa por la aparición en su camino de Leandro Malpaso, un enigmático personaje que le invita a formar parte de una extraña sociedad secreta (Los trece de Hipnos), grupo familiarizado con conceptos revolucionarios relacionados con los viajes en el tiempo y con el poder de la mente y su capacidad de proyectarse lejos del cuerpo al que pertenece. A partir de ahí, el protagonista se verá envuelto en un viaje apasionante en el espacio y en el tiempo que transformará para siempre su vida.
Con ecos (esta es una opinión muy personal) de Dune, de Max Max, incluso del mejor Tolkien (o de R. Martin si buscamos un referente actual), Veiga crea un enorme universo de lugares, etnias, castas... más propio de las sagas fantásticas más legendarias que de un libro de poco más de doscientas páginas. Todo un logro, glosario incluído (se agradece, por cierto).
Aunque la novela puede clasificarse de forma impulsiva en el género de Fantasía (mundos imaginarios, poderes sobrenaturales, seres extraordinarios), el autor sustenta dichos elementos fantásticos sobre una firme base común a las novelas de ciencia ficción (evolución de los conocimientos humanos actuales para el desarrollo de una máquina del tiempo, conceptos físico-filosóficos sobre la dualidad espacio-tiempo, uso de referencias científicas reales).
Aunque no soy un experto en ninguno de estos dos géneros, reconozco el mérito del autor para mezclarlos de una forma controlada y precisa. La narración fantástica se sirve de los elementos propios de la ciencia ficción para embaucar al lector en un viaje en el que se siente partícipe y en el que busca, junto al protagonista, las respuestas a las (numerosas) preguntas que van surgiendo en el camino.
Retomo mi introducción inicial. Porque El reflejo dorado no es un libro de fantasía. Ni de ciencia ficción. ¿Os he mentido hasta aquí? ¿Nos ha mentido el autor? La respuesta es no. O si lo ha hecho no nos importa, sobretodo si, como es mi caso, disfrutamos con este tipo de juego de espejos literario, de mestizaje de género.
El reflejo dorado es un ensayo, un tratado filosófico sobre el sentido de la vida, su relatividad, la percepción de la realidad y sobre las eternas cuestiones a las que el hombre se ha sometido desde que es hombre. El reflejo dorado también versa sobre nuestra organización como sociedad, sobre los diferentes sistemas políticos, sobre los límites de la libertad.
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J. J. M. Veiga |
Es, como os decía, una virtud que aprecio en la literatura, su carácter transversal y camaleónico, su capacidad de pertenecer a muchos géneros, de transgredirlos, de ocultarse en ellos para mostrarse en territorios inesperados. El reflejo dorado es, en ese aspecto, una novela provista de múltiples capas, compleja y con capacidad para seducir al lector más exigente.
J. J. M. Veiga demuestra un estilo propio, bien trazado. En su escritura se adivina oficio y talento.
En el plano de lo mejorable, tema menor, una sinopsis de contraportada que, bajo mi humilde punto de vista, por explícita y por su exceso de información, no recoge todas las virtudes del libro. Insisto, tema menor (cómo echo de menos a Bértolo...).
El reflejo dorado, un libro que os recomiendo y con el que aprovecho para reivindicar la imprescindible labor de editoriales como Sankara Books, dando espacio a nuevas voces narrativas, las que, en definitiva, constituyen la cantera de nuestro futuro literario.
Como último apunte, y aunque no es imprescindible, me hubiera encantado encontrarme dentro del libro un mapa de Overland, el enorme universo creado por el autor, que hubiera enriquecido el viaje por parte del lector. Sugiero la aportación para futuras (espero que sean muchas) ediciones.
P.D. (I) Os dejo el enlace a Sankara, donde podréis leer las primeras páginas del libro, y adquirirlo si lo deseáis.
P.D. (II). Os recomiendo encarecidamente que visitéis el blog del autor, zona 884, un pequeño tesoro donde el autor nos regala cada cierto tiempo pequeñas píldora literarias inclasificables. Curiosead y perdeos en él.
Libro fascinante desde la página 1. Embaucador.
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