Isaac Rosa se ha convertido en uno de los referentes nacionales de la narrativa social actual. Aquella que, sin renunciar al talento creativo ni a la ficción como herramienta artística, aborda asuntos que ocupan y preocupan a nuestra sociedad actual. O al menos a una parte.
La labor de Isaac Rosa es encomiable y multifacética. Consagrado como uno de nuestros mejores narradores actuales (cualquiera de sus novelas es un monumento a la búsqueda de respuestas a nuestras dudas y contradicciones), ha encontrado también en el relato corto un medio de expresión ideal para su discurso (ya os hablamos de su primera recopilación de relatos publicados en La Marea), por no hablar de su columna de opinión en el diario.es, que justifica por sí sola una suscripción).
La noticia de la publicación de Aquí vivió: Historia de un desahucio, su primera incursión en el mundo de la novela gráfica, llenó esta redacción (es decir, el salón de mi casa) de entusiasmo. ¿cómo no había sucedido antes? Era cuestión de tiempo que un explorador como Isaac Rosa utilizase este medio de expresión artística. Su discurso y su capacidad de tejer historias permitían adivinar el éxito en esta empresa. No nos hemos equivocado.
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Portada de Aquí vivió |
Aquí vivió nos cuenta la historia de Alicia, que se muda con su madre a un piso recién comprado tras el divorcio de ésta. Pronto descubren lo que no conocían: el piso, adquirido a una entidad bancaria, procede de un desahucio. Eso explica el bajo precio de compra, el ambiente enrarecido del vecindario, una visita inesperada..
Alicia inicia tras el descubrimiento una búsqueda para averiguar qué hay detrás de esa historia con tantos interrogantes. Cuál es la historia de ese piso y de sus antiguos inquilinos. Cuál es la historia de otros como ellos más allá de la injusticia que siempre tiene conocer los casos de lejos, sin que nos salpique, lejos de nuestra zona de confort.
Isaac Rosa baja a ras de suelo para contarnos el drama de los desahucios. Ese drama que no somos capaces de entender en toda su magnitud solamente con cifras ("¿eres capaz de imaginar cuánto supone 50.000 familias? ¿y 500.000?" dice uno de los personajes del libro). Rosa traza el mapa sentimental de los desahucios, nos ayuda a comprender, a posicionarnos, a reflexionar. Igual que en sus libros, en sus relatos, en sus columnas de opinión.
Isaac Rosa es un maestro en construir a partir de la anécdota, de utilizar el ejemplo, el caso concreto, como herramienta para elaborar un discurso válido para el problema general en el que se circunscribe el problema concreto planteado. Esa es la base de sus creaciones literarias y gran parte de su talento.
Los dibujos de Cristina Bueno acompañan a la perfección al guión de Isaac Rosa. Sus personajes, su trazo simple, se convierten en una extensión de la mente creativa del escritor. Algo aparentemente tan sencillo una vez visto el resultado pero muy difícil de lograr. Esta compenetración creativa es un logro mutuo. Enhorabuena a los dos. Conocido ya el trabajo de Isaac, la novela me sirve para buscar con curiosidad trabajos anteriores de Cristina.
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Cristina Bueno e Isaac Rosa |
Novela gráfica recomendable y necesaria, y esperamos que punto de partida a nuevas incursiones de nuestro admirado Isaac Rosa en este género que tanto nos apasiona.
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