Uno de los oficios soñados de todo asiduo lector es ser editor. Que levante la mano el que no lo haya deseado. Pues si fuera editora me encantaría tener una como editorial Dépoca. Libros con una edición muy cuidada. Ideal para comenzar una colección. Y principalmente su labor editorial de (según sus propias palabras) impulsar la renovación de clásicos universales recuperados principalmente de finales del siglo XVIII, XIX y principios del siglo XX, devolviendo a las librerías obras selectas en ediciones exquisitas.
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Dépoca Editorial. Pasión por los clásicos |
Somos muchos los lectores de este tipo de novelas, que encontramos en los clásicos un alivio al día a día, a las prisas, a las ciudades tóxicas… al mundo en el que nos ha tocado en gracia vivir. La descubrí gracias al libro que voy a reseñar aquí, ya que todo lo que huele a Sherlock Holmes en mis búsquedas por internet acaba llegando a esta casa. ¿Y por qué Sherlock Holmes? La sinopsis de la editorial lo explica todo:
Imaginemos la larga silueta de un joven. Es un detective privado prodigiosamente dotado para la observación y la deducción lógica, misántropo, adicto a las drogas y experto en química y en las ciencias forenses de la época. Así mismo, es un gran maestro en el arte del disfraz y sus audaces hazañas son narradas por su amigo y confidente, un médico. Otro doctor aterroriza y fascina por igual a nuestro héroe. El joven se ve involucrado en un caso de asesinato cuando su vecino, Jean-Louis Guérin, es acusado de haber envenenado con arsénico a su señor, el banquero Bréhat-Lenoir.
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Portada de Maximilien Heller |
Contrariamente a las apariencias, este retrato no es el de Sherlock Holmes, ni tampoco nos referimos al Dr. Watson o al Dr. Moriarty. El retrato describe al héroe de la novela Maximilien Heller, publicada en Francia en 1871, casi dos décadas antes de que vieran la luz las primeras investigaciones de Sherlock Holmes en 1887.
Pero ahí terminan las similitudes y comienza la diversión. Maximilien es un abogado, filósofo cansado de la vida, enfermo de apatía, harto de sus semejantes. El caso que nos ocupa le hace revivir y se dispone a la búsqueda de la verdad en aras de la libertad de un inocente. Su investigación se basa en información privilegiada, en un carácter audaz que no tiene miedo ante sus enemigos. Y principalmente en su capacidad para infiltrarse y hacerse pasar por otros durante el caso.
Su principal diferencia con El detective consultor es que no tiene dotes de deducción excepcionales como éste, no mira la tierra en los zapatos, la ceniza en los muebles y ¡tachán! tiene al culpable… pero sin embargo es un erudito, un gran actor y un tenaz investigador. La redacción del caso me ha recordado más a los relatos policiacos de Edgard Allan Poe, de Gaston Leroux o de Charles Dickens que a los de Conan Doyle, que son más imaginativos.
El epílogo me ha hecho disfrutar aún más. Se nos permite ver el lado más humano de Maximilien. Hecho que casi nunca se nos permite ver con Sherlock, sólo intuirlo. Es una obra que merece una lectura por méritos propios, no sólo por haber sido inspiración para las novelas holmesianas. Esta inspiración es innegable, así como lo es también la calidad literaria de Maximilien Heller.
El caso es que es una novela que me alegro mucho que haya sido reeditada. Y me parece una labor editorial impecable. Nos estamos perdiendo muchas más maravillas no publicadas en nuestra lengua de las que pensamos. Este libro me ha mantenido en vilo la última semana, deseando llegar a mi sillón para disfrutarlo, lentamente, como se disfrutan este tipo de historias.
No será el último libro que pasará por mis manos de esta editorial. De hecho ya estoy echando el ojo a sus novedades. Especialmente en la Colección Misterios de Época (aún no me puedo creer el descubrimiento de haber encontrado una colección llamada así), estoy deseando que salgan a la venta sus nuevos fichajes, son impresionantes.
Me despido, me voy a tomar una taza de té con pastas mientras viajo a otra época con El misterio del carruaje. Suerte con las prisas.
Menudo descubrimiento. Echando un vistazo al catálogo de esta editorial, me ha faltado tocar las palmas.
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