Ir al contenido principal

Un buen chico, Javier Gutiérrez (Literatura Random House)

Hacía diez años que Polo y Blanca no se veían, desde que se produjera un episodio de extraordinaria violencia que desencadenó la disolución del grupo musical donde ambos tocaban a finales de los años noventa. Una tarde de invierno, Polo descubre a Blanca entre la gente que camina por una céntrica calle de Madrid. Así, lo que comienza como una conversación trivial entre dos viejos amigos pronto derivará en un doloroso tránsito al pasado. La revelación de aquellos inquietantes hechos dieron como resultado la desaparición del grupo y ahora, años más tarde, todavía amenazan con devorarlos.

No suelo incluir en mis reseñas la sinopsis de las contraportadas de los libros (por obvias, por excesivamente reveladoras, por innecesarias, aunque siempre hay excepciones), pero en el caso del libro de hoy me parecía la forma más precisa de situaros en mi pellejo cuando me he enfrentado a El buen chico, primera novela de Javier Gutiérrez, publicada por Literatura Random House (antes Mondadori).
Portada de El buen chico
Pretendida desde hace tiempo (desde que leí un artículo de El País en el que incluían a Javier Gutiérrez dentro de una generación de talentos a tener en cuenta en el futuro de las letras nacionales), El buen chico me llegó por sorpresa en forma de regalo.

Las primeras sensaciones sembraron en mi algunas dudas: La mencionada contraportada, su título (ese reclamo tan maleable y tan a menudo poco indicativo de nada) y los primeros párrafos me hacían pensar en una historia ya leída sin haber sido leída. Y es cierto que los primeros compases de la novela pueden llegar a confundir. Pero nada más lejos de la realidad. Porque de repente nos encontramos de bruces con una novela única y especial.

El buen chico no es sólo, como en principio puede parecer, una novela donde su protagonista, Polo, se reencuentra con fantasmas de un pasado semiolvidado. El encuentro fortuito con Blanca aviva recuerdos, traumas presentes de origen incierto, otros recuerdos recientes. Poco a poco, el protagonista nos va ofreciendo piezas de un puzle complejo con piezas que no encajan.

Como decía, es mucho más que eso. Porque más allá de la historia, la narración es original y deslumbrante. El relato se nos presenta en una incómoda segunda persona, en lo que presuponemos se trata de un diálogo del protagonista consigo mismo. Sus dudas, contradicciones y confidencias (aquellas que sólo nos hacemos a nosotros mismos). Esta forma de narrar convierte en cierto modo al autor en confidente cómplice del protagonista, o lo que es lo mismo, otorga al relato de un cierto tono autobiográfico dentro de la ficción más pura. Sé que es difícil explicarlo, pero esa suerte de diálogo interior seduce e hipnotiza, pero también incomoda.

E incomoda porque la historia es dura, muy dura, no apta para lectores edulcorados o con pocas ganas de escarbar en interiores propios y ajenos, aquellos a los que no gusta llegar. Un hecho terrible del pasado cometido por una persona normal, lo que nos hace reflexionar sobre el monstruo que habita dentro de cada uno, sobre las capas que lo ocultan, sobre lo difícil que es aventurar sobre la posible desaparición de esas capas..

La técnica narrativa utilizada por Javier Gutiérrez tampoco deja indiferente. La historia se nos cuenta a través de diferentes episodios pasados y presentes donde Polo reproduce hechos a partir de su encuentro con Blanca. Lo deslumbrante (y aparentemente desconcertante para el lector) es que estos episodios se reproducen en el relato de forma contínua, mediante saltos contínuos. De una frase a otra pasamos de un relato a otro para inmediatamente después regresar al anterior. Y todo con una sorprendente continuidad argumental, conformando un engranaje narrativo perfecto. Para que os hagáis una idea, es una técnica vista en ocasiones anteriores en otros libros en los que en cada capítulo se narra un momento temporal distinto, en forma de flashbacks. Pero Javier Gutiérrez le da una vuelta de tuerca más e introduce esta forma de narrar dentro de cada capítulo, dentro de cada frase. El resultado es una sensación de vértigo para el lector. Una vez más, el relato hipnotiza e incomoda.

Os recomiendo encarecidamente que os sumerjáis en las apenas 13o páginas que conforman Un buen chico. Os puedo asegurar que la novela no os dejará indiferentes.

Como hemos expresado en otras ocasiones, siempre son bienvenidas las nuevas voces narrativas, con nuevos discursos, frescos y disruptores.
Bienvenido por tanto, Javier Gutiérrez. Te seguiremos leyendo.

Javier Gutiérrez


Comentarios

Entradas populares de este blog

Neel Ram, de PL Salvador

Este blog no pretende ser un ejemplo de coherencia (dios nos libre), y si tuviéramos que presumir de algo podría ser de otras cosas, pero nunca de coherencia. Hablando de ella (o de la falta de ella), a lo largo de nuestra historia hemos sido especialmente erráticos en el formato: hemos pasado de reseñas individuales y sesudas a ejercicios de recomendación más accesibles, apuntando a lo concreto, dando foco a las sensaciones más que a los detalles. En este sentido, en lo que llevamos de año hemos encontrado el punto dulce en nuestras prescripciones semanales de los domingos: 3 libros para la semana, coincidentes con nuestras últimas lecturas. Nos sentimos cómodos haciendo justo esto y justo ahora, ni (os) saturamos, ni (nos) saturamos y nos creemos accesibles. Sin embargo, ha llegado un libro que nos obliga (porque queremos, es cierto) a transgredir la norma. O no. Un libro que son tres, con lo cual he llegado a la conclusión de que por esta y por otras muchas razones, era de justici

W, Isaac Rosa (Edebé)

Cuenta Isaac Rosa que no sabía cómo transmitir su pasión por la lectura a su hija Olivia, de 13 años, y que pensó que la mejor forma era animarla a escribir un libro juntos. De ahí nace W , la primera incursión del autor sevillano en la literatura juvenil. W cuenta la historia de Valeria, una joven que un día, al coger el autobús se encuentra con una chica igual que ella: Una doble. Al menos físicamente, porque a medida que Valeria y Valentina (su doble) se conocen, de descubren en la otra aquello que les gustaría ser y no son (personalidad, gustos, forma de actuar). Pronto comenzarán a darse algunas confusiones y cruces en la vida de una y otra, y surgirán preguntas que solo ellas podrán responder. He disfrutado mucho de la novela de Rosa, y la he leído tanto como lector adulto como pensando en mi faceta de recomendador de libros a un adolescente. Y en ambos casos el libro funciona muy bien. Hay que decir que Isaac Rosa es uno de los talentos literarios más empá

Pensando el futuro

Como hemos hecho en otras ocasiones, vamos a iniciar un periodo de reflexión, de valoración de lo que somos, de lo que queremos ser y de cómo queremos ser en niundiasinlibro. Y es que la vida cambia muy deprisa y adaptarse no es una opción, sino una necesidad. Estamos buscando permanentemente maximizar nuestro entusiasmo, única manera de transmitir nuestra pasión. Aunque el alma del proyecto es el blog niundiasinlibro.com , y las redes sociales son el “soporte” al blog, nos hemos ido dando cuenta de que a veces parece justo al revés. Las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram) son soportes de difusión en sí mismos, y en el caso de Instagram ya se da el caso de que los proyectos generan contenido alrededor de una fotografía, sin más. Y eso incluye reseñas de libros. De ahí que estemos planteando varias alternativas de futuro:  Abandonar el blog y generar todo el contenido en Instagram, c rear un podcast,  un canal de Twitch (y venirnos arriba definitivamente), abandonarnos to