Recuperamos la sección "Relecturas" y lo hacemos de una forma muy especial: Releyendo toda la obra de Gabriel García Márquez. Nada más y nada menos. Creo que es el mejor homenaje que se le puede dar al que considero (y no soy nada original haciéndolo) el más grande escritor en español que ha dado la historia.
Sé que haciéndolo en realidad estoy dándome un homenaje a mí mismo. No encuentro nada más placentero que leer las novelas de García Márquez. García Márquez es la Literatura. Es la única forma que tengo para definir la pasión que siento por sus libros, su forma de transformar la vida en palabras es única e irrepetible. También sé que mis palabras no estarán a la altura de sus libros. Intentaré transmitiros la pasión que éstos me transmiten a mí, e intentar arrastraros a que leáis (o releáis) alguno de sus libros.
Por si no ha quedado claro: voy a leer TODOS SUS LIBROS. Sin un orden especial, o mejor dicho, con el orden que más me apetezca, sin ninguna presión, alternándolo con otras lecturas. Como muchos sabréis, muchas de sus novelas son cortas, por lo que se dejan releer con mucha facilidad, y las que no lo son (me vienen a la cabeza de forma luminosa dos muy evidentes) su extensión supone una alegría porque no se deberían acabar nunca.
Además, el placer es mucho mayor porque voy a releer las maravillosas ediciones que Mondadori publicó hace unos años. Su color, sus portadas inolvidables, sus contraportadas tan breves y tan mágicas (donde sólo aparece la primera frase del libro), hasta el tacto de las tapas de estas ediciones es especial. Los que las conozcáis sabéis a qué me refiero. ¿cuántas veces he buscado los libros que nos faltaban en casa en estas ediciones? ¡qué desilusión al descubrir que empezaban a escasear al dejar de publicarse! Recientemente Literatura Random House (la mutación empresarial de Montadori en España) ha reeditado toda la obra de García Márquez en ediciones muy dignas y con no poco encanto, pero claro, no es igual.
Y tras esta introducción, válida para todas las entradas de estas relecturas tan especiales, comenzamos...
"El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo".
Así comienza Crónica de una muerte anunciada, como tantos y tantos inicios de novelas de García Márquez, envolviéndote entre esas primeras palabras en la historia, que te dejan ansioso por leer más. Siempre he dicho que la mejor publicidad de las novelas de García Márquez son sus inicios, que además, me recuerdan a dictado de colegio, a una maestra cuyas palabras extraídas de una novela que en ese momento no conocíamos sonaban musicales, llenas de color..
Una vez terminado el libro (creo que por tercera vez en mi vida) me preguntaba si es ésta la mejor novela de Gabriel García Márquez. ¡Qué fácil sería responder a esta pregunta en cualquier otro autor, y qué difícil lo es en este caso!.
Lo que sí creo poder decir es Crónica... es la novela que recomendaría a alguien a quien no le gustara leer (o que no lea porque crea que no le gusta, que parece lo mismo pero no lo es). Estamos ante la Novela con mayúsculas, sin dobleces, donde el propio titulo es la mejor sinopsis posible y donde la primera frase no deja lugar a dudas: Santiago Nasar, el protagonista, ha sido asesinado.
Crónica de una muerte anunciada cuenta la muerte de Santiago Nasar a manos de los hermanos Vicario, para saldar con ella el honor perdido de su hermana (supuestamente a manos del asesinado), descubierto en la noche de bodas de ésta con Bayardo San Román, que la devuelve a su madre esa misma noche tras descubrir su "impureza".
La historia se nos cuenta a modo de crónica periodística, rigurosa y objetiva, en primera persona, a través de los ojos de un testigo del acontecimiento (o de una parte del mismo), que rememora 20 años después lo sucedido a través de otros testimonios (del momento en el que suceden los hechos o como consecuencia del recuerdo pasados los años).
La historia envuelve de tal manera que uno acaba viviendo la terrible mañana en la que sucede la anunciada muerte como un testigo más. Cada personaje nos cuenta qué hacía, qué pensaba, y lo más sobrecogedor, cuánto conocía de lo que iba a suceder.
Porque lo que más nos sorprende del relato es que todo el pueblo conocía que los hermanos Vicario iban a matar esa mañana a Santiago Nasar. Nunca una muerte fue tan anunciada, hasta el punto de que algunos testigos parecían interpretar la confesión previa de los hermanos como el grito de auxilio de los que no quieren cometer en realidad el crimen, en un intento de que alguien los frene.
Porque lo que más nos sorprende del relato es que todo el pueblo conocía que los hermanos Vicario iban a matar esa mañana a Santiago Nasar. Nunca una muerte fue tan anunciada, hasta el punto de que algunos testigos parecían interpretar la confesión previa de los hermanos como el grito de auxilio de los que no quieren cometer en realidad el crimen, en un intento de que alguien los frene.
En Crónica de una muerte anunciada se nos presenta la vida tal y como la conocemos; y como no puede ser de otra forma, nosotros mismos nos sentimos parte de esa historia, que es universal e intemporal. Como en toda la obra de García Márquez lo local se hace de repente universal (una pequeña población del Caribe, que sin embargo es extrapolable a cualquier lugar del universo). Las historias que el genio nos cuenta son historias que cualquiera podría haber vivido, o que (y esto es lo que sucede con más frecuencia) cualquiera sueña con vivir alguna vez.
El universo recurrente de García Márquez también aparece en esta novela: Los Buendía (quién sabe si los mismos de otras historias que conocemos tan bien), el realismo mágico, tantas veces imitado pero que todos sabemos que nació y murió con él, esa música en las palabras y en las frases que sólo se escucha en sus novelas.
La experiencia de esta primera relectura ha sido increíble, deliciosa, salvadora en un momento de mi vida en el que uno de mis seres más queridos pasaba por un mal trago.
Si la literatura nos salva y nos hace mejores, García Márquez es nuestro salvavidas más seguro y nuestro mejor antídoto contra la tibieza que muchas veces amenaza nuestros días. Leedle y releedle sin cesar. El sabrá entregaros todo lo que necesitéis de él.
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