Hay dos formas habituales de conocer un
escritor de los que te cautivan. La primera es descubrirle con su primera
novela, recibir el flechazo literario, y a partir de ahí acompañarle con cada
nueva publicación. La otra es conocer su última obra, dejarse cautivar, y
descubrir a partir de ese momento su obra anterior. Reconozco que siento
debilidad por esta segunda forma de
conocimiento: descubrir la obra más madura del escritor, para después ir
reconstruyendo a la inversa su evolución creativa, su ópera primera, su
depuración estilística, sus cambios de registro, su frescura inicial. Así es
como he conocido a Sara Mesa y a su obra. Leí, disfruté y compartí con vosotros
Cicatriz, su novela más reciente, y
ahora he continuado con la lectura de Cuatro
por Cuatro, la novela que le dio prestigio literario y la convirtió en la
joven promesa que ha confirmado con el tiempo – no en vano fue finalista del
prestigioso premio Herralde de Novela en su vigésimotercera edición.
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Portada de Cuatro por Cuatro |
Cuatro por cuatro nos cuenta en dos actos la vida
en un internado privado, el Wybrany College, institución educativa de élite
aislada de la sociedad y diseñada para hijos de la clase más privilegiada de la
sociedad. Dotada de los mejores métodos educativos, capaz de preservar a sus
alumnos de los peligros de la sociedad actual y orgullosa de prepararlos de la mejor forma posible para
su futuro fuera del colegio.
Como decía antes, la novela nos desentraña en
su primera parte los entresijos del colegio desde dentro, desde varios puntos
de vista: Celia, joven rebelde con la que comenzamos a conocer el colegio, a
través de un intento de escapada colectiva que ella lidera; Ignacio, alumno
atormentado por sus compañeros que ve en Héctor, un alumno incorporado en mitad
del curso, su ansiada protección hacia el resto; la misteriosa dirección del
centro, su director, distante con los alumnos y cercano – sospechosamente
cercano - a unos pocos elegidos, y rodeado de dos personajes con numerosos
enigmas, la subdirectora, apodada la Culo, con la que el director mantiene una
relación secreta y tormentosa, y el Guía, orientador del centro, un personaje
con oscuras intenciones.
En esta primera parte de la novela, atisbamos
sólo en parte los secretos que rodean al colegio, descubrimos que los alumnos
tiene dos orígenes bien distintos que marcan su destino en el colegio y el
tratamiento que en él reciben: por un lado los que proceden de familias
prestigiosas y elitistas, y por otro los becados, alumnos de familias sin
recursos de los que el colegio se sirve para conservar su prestigio de colegio
benefactor y responsable con el mundo que le rodea.
Es en la segunda parte del libro donde
descubrimos el otro lado de la moneda, donde todas las preguntas cuya respuesta
no encontrábamos antes de repente cobran sentido. Es a través del testimonio de
un profesor sustituto que llega al colegio y pone sus ojos a disposición del
lector para ver con claridad la verdadera realidad del lugar. De lo que ve y
descubre nos servimos nosotros para ver y descubrir, para juzgar con él, y para
juzgarnos a nosotros mismos sobre su – y nuestra - actitud como espectadores de
hechos de los que a menudo debemos decidir si tomar parte.
¿Actuamos como debemos ante las injusticias
que nos rodean? ¿Nos convertimos en cómplices al no hacerlo? Cuatro por cuatro
nos plantea estas y otras preguntas. ¿el aislamiento de lo no deseado de esta
sociedad nos aleja de sus peligros o éstos son inevitables? ¿estamos
predeterminados a ser lo que se supone que debemos ser hagamos lo que hagamos
con nuestra vida y no podemos hacer nada para cambiarlo? ¿Hasta qué punto la
sociedad – entendida como modelo artificial de convivencia – nos engaña para
contestar afirmativamente a la pregunta anterior?
Cuatro por cuatro es una novela apasionante,
porque todas las reflexiones a las que nos somete están integradas en una
historia absorbente, cargada de misterio, que puede leerse simplemente – o
simultáneamente – como una novela de entretenimiento, donde nada es lo que
parece y donde la verdad se revela como en las grandes novelas de misterio,
cuando se levanta la última carta y se muestra la partida completa, la jugada
ganadora que define a las grandes historias contadas por grandes novelistas.
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Sara Mesa |
Os invito a que leáis y disfrutéis Cuatro por
Cuatro, una novela con la que descubrir a una escritora que merece un lugar privilegiado entre la literatura de calidad escrita en este país.
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