Por fin he podido hacerme con The Americans, el mítico libro del fotógrafo estadounidense Robert Frank, del que tanto se ha escrito y que se ha convertido por derecho propio en la imagen del otro sueño americano, aquel del que hemos hablado en este blog utilizando como excusa a Raymond Carver y su magnífica De qué hablamos cuando hablamos de amor.
Tras años de búsqueda infructuosa, por fin el libro se ha reeditado y pude hacerme con un ejemplar.
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Portada de The Americans |
Leer (o para ser más precisos Ver) The Americans supone toda una experiencia. Imágenes de la América más profunda imaginable remueven nuestras conciencias, y despiertan sentimientos que trascienden el carácter local de las imágenes, porque son en realidad instantáneas que pueden a cualquier sociedad supuestamente desarrollada: la soledad, la exclusión social, lo efímero de la fama, el contraste entre lo rural y lo urbano, las contradicciones de la frontera, la carretera, siempre antítesis del hogar. Todo aflora en las fotos de Robert Frank, que fascinan e hipnotizan.
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Motorama, Los Angeles |
Viendo las fotografías de Robert Frank por primera vez, uno tiene la sensación de que las ha visto antes. Porque en esas fotografías se puede adivinar a los directores de cine que mejor han captado la esencia de norteamérica: David Lynch, John Ford, Sam Peckinpah, Matt Weiner, Martin Scorsesse, y a también a los escritores que mejor han radiografiado los males de aquella (también nuestra) sociedad: Raymond Chandler, Raymond Carver, Richard Yates, Johnathan Franzen, Jack Kerouac.
Os animo a que viváis la experiencia de abrir The Americans y os adentréis en él con la misma magia que uno vive cuando entra en una sala de cine y las luces se apagan.
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Funeral, St. Helena. South Carolina |
Creo que es la primera vez que recomiendo un libro de fotografía con la misma pasión con la que puedo recomendar cualquiera de mis libros de cabecera. Porque con este libro Robert Frank demuestra que no sólo escribiendo se hace literatura.
Me ha ENCANTADO el párrafo final, y lo voy a hacer mío sin ningún pudor, que lo sepas. Por supuesto, necesito este libro.
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