Tenía muchísimas ganas de leer Saber perder. No alcanzo a explicar por qué lo dejé pasar en su día (fue publicado en 2008) ya que todo lo que he leído de David Trueba me ha dado enormes satisfacciones. Un gran contador de historias que consigue ganar el corazón del lector desde las primeras páginas. Los dos libros anteriores (Abierto toda la noche, Cuatro amigos) consiguieron hacerme reír y llorar, y sobre todo dejaron un poso que aún hoy perdura. Un libro David Trueba es siempre una magnífica noticia para cualquier lector que ya se haya dejado conquistar, como es mi caso.
A raíz de la reseña de la última novela del autor, Blitz, en nuestro blog, saldé la deuda pendiente y leí este Saber Perder, su anterior libro, que he devorado en cuatro días.
Saber Perder nos cuenta cuatro historias. Sylvia, una joven que con sus recién cumplidos dieciséis años contempla expectante todo lo que la vida le ofrece. Todo se trastoca cuando una noche es atropellada por un coche. Ariel, futbolista argentino cuyos primeros pasos en un equipo madrileño siembran de dudas su futuro como la estrella que todos esperaban en el club. El atropello a una chica marcará su destino. Lorenzo, que con sus 45 años es abandonado por su esposa. El precipicio sentimental en el que se encuentra, su situación laboral angustiosa y un terrible secreto que esconder marcan sus pasos en la vida. Lorenzo es el padre de Sylvia. Y por último, Leandro, que con 65 años afronta el inesperado accidente de su mujer, y encuentra refugio en una aventura de esas que sólo pueden entenderse como epílogo de una vida que termina. Leandro es el padre de Lorenzo.
Como podéis ver, David Trueba conforma una gran historia con cuatro protagonistas, que no calificaría de coral - en una historia coral todos los personajes contribuyen a dar forma al relato - sino que cada una de las cuatro historias crece y brilla con su propio protagonista, y cada personaje es a la vez actor secundario en las otras tres historias.
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Portada de Saber perder |
A raíz de la reseña de la última novela del autor, Blitz, en nuestro blog, saldé la deuda pendiente y leí este Saber Perder, su anterior libro, que he devorado en cuatro días.
Saber Perder nos cuenta cuatro historias. Sylvia, una joven que con sus recién cumplidos dieciséis años contempla expectante todo lo que la vida le ofrece. Todo se trastoca cuando una noche es atropellada por un coche. Ariel, futbolista argentino cuyos primeros pasos en un equipo madrileño siembran de dudas su futuro como la estrella que todos esperaban en el club. El atropello a una chica marcará su destino. Lorenzo, que con sus 45 años es abandonado por su esposa. El precipicio sentimental en el que se encuentra, su situación laboral angustiosa y un terrible secreto que esconder marcan sus pasos en la vida. Lorenzo es el padre de Sylvia. Y por último, Leandro, que con 65 años afronta el inesperado accidente de su mujer, y encuentra refugio en una aventura de esas que sólo pueden entenderse como epílogo de una vida que termina. Leandro es el padre de Lorenzo.
Como podéis ver, David Trueba conforma una gran historia con cuatro protagonistas, que no calificaría de coral - en una historia coral todos los personajes contribuyen a dar forma al relato - sino que cada una de las cuatro historias crece y brilla con su propio protagonista, y cada personaje es a la vez actor secundario en las otras tres historias.
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David Trueba |
Alejada - pero no exenta - del sentido del humor dominante en las historias de Trueba, Saber Perder nos cuenta historias que contienen alegría, tristeza, dramas contenidos, decepciones. A veces todo se nos da entremezclado; como la vida misma, donde el género puro no existe (quien no haya reído, llorado, discutido, o respirado aliviado en un mismo día que tire la primera piedra).
Pero lo que nos llega al corazón de Saber Perder - o una vez más, David Trueba - es que es muy fácil sentirse protagonista de su novela. Su título, Saber Perder, resume en sólo dos palabras en qué consiste a menudo la vida: pequeñas derrotas (todas las derrotas son pequeñas, sólo hay que dejar pasar el tiempo) con las que no termina nuestra historia, sino que conforman un capítulo más de la misma. Cuando aprendemos de un error, asumimos una pérdida, lloramos por el daño causado, estamos aprendiendo a saber perder.
Os dejo una frase del libro explica muy bien la sensación que me ha dejado: "Tiene ganas de estar sola, de caminar sola. Siente una especie de dolor en el pecho, intenso pero placentero. Es como si hubiera una herida, pero una herida leve, una marca en la piel que quieres acariciar, reconocer, disfrutarla por todo lo que significa para ti. Ahora que aún está, porque es posible que, pronto, desaparezca".
Por favor, lean, regalen, recomienden Saber Perder. La lectura es una maravillosa afición que merece la pena por momentos como los que te hace sentir este libro.
Qué maravilla. Y yo que no he leído a Trueba.
ResponderEliminarSé que te va a gustar. Que una vez que leas un libro, se quedará contigo para siempre.
ResponderEliminarTengo que decir que a mí no me gustó nada, y eso que me dejo encandilar muy fácilmente, pero éste no me entró por ningún sitio.
ResponderEliminar...Sin embargo diré que a todos con los que suelo compartir gustos les pareció un librazo, así que quizás le dé una segunda oportunidad.