Encontrarte de repente con una gran novela es siempre motivo de celebración. Si eso supone además haber descubierto a un gran escritor la felicidad se multiplica. Es difícil explicar el momento exacto en el que se produce el idilio, la chispa que desencadena la necesidad de leer cuanto antes otro libro del autor, buscar en su bibliografía, comprobar por uno mismo que el libro que te ha deslumbrado no es una excepción y que por tanto te esperan muchas más horas de placer a su lado.
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Portada de El Frío |
Podría enumerar sin detenerme a pensar una sucesión de primeros encuentros que supusieron ese gran hallazgo descrito, que acabaron en nuevas citas, algunos de ellos incluso terminaron (y aún hoy continúan) en relación formal: La buena letra de Rafael Chirbes, El país del miedo de Isaac Rosa, Pistola y Cuchillo de Montero Glez, Juan Belmonte, de Manuel Chaves Nogales, Trilogía de Nueva York de Paul Auster, Corazón tan blanco de Javier Marías.. Todos ellos (y muchos que ahora olvido) representan en sí mismos por qué leer es un placer único y maravilloso.
Este fin de semana he encontrado uno de esos libros, uno de esos autores que merecen ser releídos y recomendados. Ha venido de la mano de un amigo, de la misma mano que me ha traído tantas y tantas alegrías, al que tanto tengo que agradecerle en este (y en otros muchos..) sentidos. Se trata de El frío, novela breve de la escritora Marta Sanz.
El frío es la historia de dos personas a los que el destino ha ido separando, a los que el amor les ha ido haciendo preguntas que no han sido capaces de responder.
El frío es una historia de desencuentros, de dolor, de oportunidades perdidas, de incomprensión, una historia donde el frío que da título a la novela se cuela en cada rendija y se siente en cada línea.
Como en las grandes novelas, el frío calla más de lo que cuenta, y es en esos silencios donde precisamente uno siente ese frío, en la historia entre la protagonista y narradora y Miguel que no se cuenta, la que probablemente no deba ser contada.
La novela se cuenta a dos voces de forma alterna, con la protagonista contando su historia en primera persona, sus resentimientos hacia él, sus pensamientos más íntimos y oscuros, sus dolorosos viajes al encuentro de Miguel, interno ahora en un centro psiquiátrico.
Por otro lado conocemos la vida de Miguel en el centro psiquiátrico, sus rutinas, su relación con Blanca, la enfermera que le cuida. En tercera persona, a través de una narración fría, aséptica y distante, como si la autora quisiese dejar claro que juzgar, si es que hay que hacerlo, es algo que le corresponde al lector.
La historia está escrita de forma no lineal, a través de fragmentos a menudo inconexos, donde sólo a veces el segundo punto de vista nos ayuda a interpretar lo que antes, a través de la otra mirada, hemos sabido.
He quedado fascinado con Marta Sanz y su brillantez en la escritura. La técnica que utiliza es compleja y consigue atraparte en una historia oscura y absorbente, abordando temas - el amor y la locura - difíciles de tratar sin caer en viejos tópicos.
En Marta Sanz reconozco trazos de Belén Gopegui, de Baricco, de Faulkner. Pero también reconozco una voz única y personal, sólo al alcance de unos pocos elegidos, los que permiten ser identificados con lo que escriben sin necesidad de firmarlo.
Este fin de semana he encontrado uno de esos libros, uno de esos autores que merecen ser releídos y recomendados. Ha venido de la mano de un amigo, de la misma mano que me ha traído tantas y tantas alegrías, al que tanto tengo que agradecerle en este (y en otros muchos..) sentidos. Se trata de El frío, novela breve de la escritora Marta Sanz.
El frío es la historia de dos personas a los que el destino ha ido separando, a los que el amor les ha ido haciendo preguntas que no han sido capaces de responder.
El frío es una historia de desencuentros, de dolor, de oportunidades perdidas, de incomprensión, una historia donde el frío que da título a la novela se cuela en cada rendija y se siente en cada línea.
Como en las grandes novelas, el frío calla más de lo que cuenta, y es en esos silencios donde precisamente uno siente ese frío, en la historia entre la protagonista y narradora y Miguel que no se cuenta, la que probablemente no deba ser contada.
La novela se cuenta a dos voces de forma alterna, con la protagonista contando su historia en primera persona, sus resentimientos hacia él, sus pensamientos más íntimos y oscuros, sus dolorosos viajes al encuentro de Miguel, interno ahora en un centro psiquiátrico.
Por otro lado conocemos la vida de Miguel en el centro psiquiátrico, sus rutinas, su relación con Blanca, la enfermera que le cuida. En tercera persona, a través de una narración fría, aséptica y distante, como si la autora quisiese dejar claro que juzgar, si es que hay que hacerlo, es algo que le corresponde al lector.
La historia está escrita de forma no lineal, a través de fragmentos a menudo inconexos, donde sólo a veces el segundo punto de vista nos ayuda a interpretar lo que antes, a través de la otra mirada, hemos sabido.
He quedado fascinado con Marta Sanz y su brillantez en la escritura. La técnica que utiliza es compleja y consigue atraparte en una historia oscura y absorbente, abordando temas - el amor y la locura - difíciles de tratar sin caer en viejos tópicos.
En Marta Sanz reconozco trazos de Belén Gopegui, de Baricco, de Faulkner. Pero también reconozco una voz única y personal, sólo al alcance de unos pocos elegidos, los que permiten ser identificados con lo que escriben sin necesidad de firmarlo.
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Marta Sanz |
Se trata de la primera novela de Marta Sanz, publicada hace varios años y rescatada recientemente por la editorial Caballo de Troya, colección que recoge algunas joyas que merecen ser descubiertas. No obstante, detrás de la editorial y de este libro está el mítico editor Constantino Bértolo, descubridor de tantos talentos. La edición, como todas las de Caballo de Troya, austera y cuidada al detalle (el lema de la editorial ya emana literatura, "para entrar y salir de la ciudad sitiada").
Ya estoy deseando leer otro libro de Marta Sanz y descubrir hacia dónde ha evolucionado su literatura tras esta magnífica ópera prima. De momento os recomiendo encarecidamente la lectura de El frío, sé que no os va a defraudar.
Una sugerencia que convierte la recomendación en casi una obligación.
ResponderEliminarGracias por tu comentario!
ResponderEliminarPronto reseñaré La lección de anatomía, magnífica autobiografía de la autora.
Un abrazo