Mi historia con la obra de Héctor Abad Faciolince comenzó hace varios años cuando mi actual pareja quería ganarme y me regaló "Tratado culinario para mujeres tristes", una curiosa recopilación de recetas inventadas que arrancaba una sonrisa a aquellas mujeres tristes a las que se dirigía. Ya me gustó su forma de narrar y su cadencia en el lenguaje. Entonces comencé a leer alguna novela suya, Basura y Angosta. Me seguía gustando su escritura, su realismo embellecido por sus letras, el acento colombiano plasmado en el papel.
Recuerdo un paseo también con mi marido (todavía sin formalizar) por una feria del libro de Madrid donde vi por primera vez su siguiente novela "El olvido que seremos". No quise comprarla porque se anunciaba como una autobiografía sobre la muerte de su padre. Y yo en ese momento no quería leer historias tristes. Pero más tarde llegó a mis manos "Traiciones de la memoria" y volvió a hechizarme su manera de contar las cosas, hasta las más banales. Este libro se enlazaba con el anterior así que finalmente lo adquirí. Y aquí empezó mi fanatismo por su obra. No voy a hacer la crítica de "El olvido que seremos", sólo diré que si me preguntaran por mi novela favorita del siglo XXI diría que es ella, que la he recomendado a mi marido, a mi madre, a mi suegra...y a todos, con gustos absolutamente dispares nos ha encantado. Es una oda al amor a un padre como nunca visto y su maestría con el lenguaje es lo que hace que te enamores de su narrativa.
A partir de ese libro he tenido la necesidad de leer todo lo demás que salía de sus manos. Artículos en revistas de Colombia, nuevas novelas, colaboraciones con "El País". Por ello cuando supe del lanzamiento de "La Oculta", me lancé y en tres días la he devorado.
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Vuelvo a disfrutar de la belleza de lo cotidiano. De las historias familiares que sin tener nada de especial, desees conocer hasta el último detalle de sus vidas. Dice el autor que también tiene mucho de autobiografía ya que él y sus hermanas también poseen una finca llamada "La Oculta" en el suroeste de Antioquía. Pero el relato verdadero se confunde con la ficción de cada uno de los personajes y los acontecimientos que relatan.
Es muy especial la narración a tres voces, con tres personajes tan distintos. Pilar, la hermana mayor de vida tradicional, que quiere mantener a toda costa la finca dentro de la familia. Eva, la hermana con una vida más moderna cuyo pasado en "La oculta" le lleva a sufrir una intensa relación amor-odio con ésta. Y Antonio, el hermano menor que vive en Nueva York que sueña con acabar sus días en ese paraíso del trópico y relata el pasado familiar en la zona desde el siglo XIX.
He disfrutado muchísimo con la parte de Pilar, tan pragmática, tan apegada a las costumbres y sin embargo no apegada al pasado. También con la de Eva, que representa el cambio social en las mujeres en ese país, una mujer que quiere tomar las riendas de su vida y no quiere que un trozo de tierra la ate. La parte de Antonio sin embargo me ha parecido más tediosa en torno a la llegada de sus antepasados al pueblo de Jericó, a los orígenes judios y al reparto posterior de las posesiones de los Ángel.
Las reflexiones de los tres sobre temas comunes es lo que da sentido a esta novela. El apego de los colombianos a un pedazo de tierra, similar al apego a la propiedad en España, frente a los países anglosajones. La ruleta rusa que supone la vida, donde un golpe de mala suerte puede llevarte a la ruina o a la bonanza. Los ideales de igualdad y apertura social ante lo crueles que pueden ser las personas para llevarlos a la realidad...
A lo largo de la novela se tocan temas de la historia de Colombia que me ha encantado conocer de cerca. La colonización y el reparto de tierras no explotadas en el siglo XIX, la propuesta de reforma agraria del siglo XX y los movimientos de paramilitares a finales de este siglo también que resultan la parte más cruda y más interesante de la historia.
Se puede concluir que recomiendo ferozmente la lectura de "La oculta". Ha conseguido unir su riqueza narrativa con una historia cautivadora. He sentido mucha pena al terminarla, lo cual siempre indica buena señal. Ahora sólo me queda el consuelo de que otros la disfruten del mismo modo. Sois unos afortunados.
Tengo ambas a leer, 'El olvido...' y ésta, que he rescatado por su narrativa coral. Será cuestión de hacer experiencia.
ResponderEliminarRecibe un buen abrazo.