Me encanta leer en Navidad. Con una semana de vacaciones por delante, en casa, o como últimamente viene siendo habitual, en casa de la familia de Virginia (mi mujer), y mucho tiempo en casa: las condiciones perfectas para dedicar mucho tiempo a mi afición favorita. Siempre preparo con tiempo y con ilusión esos días, eligiendo los libros que voy a disfrutar, nuevos y pendientes.
in embargo no todo es ideal. La casa se llena de alboroto, mi hijo no se separa de mí, sus juguetes hacen ruidos hasta ahora desconocidos para mí y las conversaciones alcanzan tonos propios de las tertulias televisivas más barriobajeras. En definitiva, no logro encontrar el silencio que necesito para disfrutar de la lectura (reconozco que para eso soy muy maniático). Para evitar el riesgo de parecer un apestoso grinch, procuro adaptarme a la situación, intentando que los libros elegidos sean compatibles con un ambiente propio del camarote de los hermanos Marx.
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Editorial Blackie Books |
En este contexto, llegó sin esperarlo, en forma de regalo, el libro perfecto, que da título a esta reseña. El Fantasma de Hawkline ha sido uno de los libros más divertidos y que más he disfrutado últimamente. Publicado además por Blackie Books, lo que viene siendo para mi una garantía.
Todos los libros que han pasado por mis manos de esta editorial han sido de una u otra forma un descubrimiento (además, las ediciones son una maravilla)
Haciendo memoria y con el riesgo de dejarme alguno en el camino, a través de Blackie Books he descubierto a uno de mis autores favoritos, Santiago Lorenzo (dos joyas, Los Millones, Los Huerfanitos, y la reciente Las Ganas, de la que hablaré muy pronto), uno de los libros más especiales que he leído en años, Cosas que nuestros nietos deberían saber (Mark Oliver Everett, más conocido musicalmente como Eels) o los libros de mi admiradísimo Miguel Noguera (Ultrashow, Ser Madre Hoy, Mejor que Vivir), al que debería dedicarle no un blog, sino una vida entera.
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El Monstruo de Hawkline |
El Monstruo de Hawkline, tal y como lo define la editorial, es un western gotico. Y no encuentro una mejor forma de definirlo. También es por momentos road movie, novela costumbrista, o delirante historia de ciencia ficción. Greer y Cameron, los dos protagonistas), se dedican a matar gente por dinero. Básicamente. Aunque, como descubriremos a lo largo de la historia, son dos tipos con buen corazón. En su camino se cruza una niña india llamada Niña Mágica, que contrata sus servicios parar cumplir un encargo en Billy, un pequeño pueblo en el estado de Oregón. El insospechado encargo, la transformación/desaparición de Niña Mágica, los encuentros sexuales de ésta con nuestros simpáticos protagonistas, el monstruo que no es lo que parece… todo esto y mucho más lo dejo en tu mano, querido lector, ya que semejante historia adquiere un valor mucho mayor si se va descubriendo por sorpresa.
El libro, como decía al principio, no exige un gran esfuerzo. Capítulos muy cortos (una o dos páginas), lenguaje directo, frases cortas, poco argumentativo.. Si tuviera que establecer un símil cinematográfico, la historia sería lo más parecido a un guión de Tarantino, a un spaguetti western de Sergio Leone. También encuentro reminiscencias de Las estrellas mi destino, e de Guía del Autoestopista Galáctico, grandes obras maestras delirantes de la literatura de ciencia ficción del siglo veinte.
En definitiva, recomiendo este libro a todo buen lector que quiera hacer una pausa entre libros (sí, leyendo otro libro), o como regalo perfecto para despertar el interés por la lectura a alguien que en algún momento perdió la fé por esta maravillosa afición o que aún no ha encontrado el libro que le atrape definitivamente.
El autor, Richard Brautigan, del que Blackie Books ha publicado buena parte de su obra, es un escritor de culto en Estados Unidos, y su vida merece un libro. Teclead su nombre en google o mejor, leed la biografía recogida en el propio libro y descubriréis otra gran historia.
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